Mil bajas más al mes en Galicia

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Absentismo laboral
La Voz

Las mutuas estiman el coste del absentismo en 75.900 millones, tanto como si 900.000 personas no fueran al trabajo ni un día al año

24 feb 2017 . Actualizado a las 22:51 h.

Si la crisis redujo al mínimo las bajas laborales, la recuperación económica parece estar produciendo el efecto contrario. El año pasado se concedieron en España 4,58 millones de incapacidades temporales por enfermedad común, un 16,4 % más que un año antes. Un incremento que no va parejo con el de la población protegida, que solo creció un 3,2 %.

Para la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), la causa está clara: con la mejora de la coyuntura económica la gente está perdiendo el miedo a quedarse sin trabajo y aumentan los casos en los que se hace un «uso indebido» de la prestación. Un análisis que apuntalan en la evidencia estadística: el número de bajas cayó de forma sostenida entre el 2008 y el 2013 y solo a partir del 2014, con los primeros síntomas de reactivación económica, las cifras volvieron a engordar.

Lo hizo también el coste del absentismo que, según calculan las mutuas, se elevó nada menos que un 23,6 % y roza ya los 75.900 millones de euros (cantidad que, para ilustrar, supera en casi 20.000 millones toda la riqueza que genera la economía gallega en un año). De este montante total, apuntan, 5.773 millones corresponden al importe de las prestaciones desembolsadas por la Seguridad Social y las propias mutuas; otros 5.500 millones al coste que soportan directamente las empresas, y la partida más importante, nada menos que 64.600 millones, sería el denominado «coste de oportunidad». Esto es, el impacto de la pérdida de producción de bienes y servicios por el absentismo laboral, que equivaldría, dicen, a que más de 913.000 españoles (cinco de cada cien ocupados) no acudieran ni un solo día en el año a su puesto de trabajo.

Y la tendencia no es distinta en Galicia. En la comunidad, según los datos de la Seguridad Social, los trabajadores por cuenta ajena se cogieron una media de 12.827 bajas por enfermedad común al mes, que son 1.119 más que en el año anterior, un incremento del 9,5 %.

Más bajas, y más largas

Y no solo aumenta el número de procesos de incapacidad, sino también la duración de los mismos, un aspecto que preocupa en las mutuas. Javier Flórez, director gerente de Mutua Gallega, recuerda que Galicia es, tras Extremadura, la comunidad con las bajas laborales más largas (casi 62 días de media el año pasado), cuya duración no se ha recortado con el nuevo sistema de partes sino que ha empeorado. «Antes una gripe eran tres días y ahora es un mínimo de siete», dice como ejemplo de los desfases del sistema, cuya ineficacia cree demostrada, por lo que reitera una de las peticiones tradiciones de las mutuas: más control sobre los procesos. Y es que, recuerda, 1.500 millones del déficit de la Seguridad Social se le pueden achacar a estos procesos.

Los sindicatos no pueden estar más lejos de esa postura. Jesús Castro, secretario de salud laboral de CC. OO. en Galicia, niega que se pidan más bajas porque los trabajadores hayan perdido el miedo a quedarse sin empleo, sino que lo vincula con unas condiciones de trabajo cada vez más precarias y exigentes, lo que aumenta el riesgo de enfermedades que, por un criterio administrativo, no se califican como profesionales.