El primer parque eólico marino de Portugal busca continuidad en Galicia

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

La plataforma de Windplus ya genera energía a 60 kilómetros del litoral galaico

06 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de la mitad de la energía eléctrica que se consume en Portugal procede de fuentes renovables. Es una apuesta del Gobierno luso, y prueba de ello es la licencia que el Ejecutivo de Antonio Costa acaba de aprobar para el primer parque de energía eólica marina de la península, para el inicio de la producción y volcado a la red.

La plataforma, operada por Windplus -consorcio participado por la norteamericana Principle Power, EDP (Energías de Portugal- y la española Repsol, al 33 %, respectivamente), tiene una capacidad instalada de 9 megavatios, y está situada frente a la costa de Viana do Castelo, a 60 kilómetros de la frontera con Galicia. Casi la mitad de sus 100 millones de presupuesto han sido financiados con recursos públicos, ya que el proyecto cuenta con 30 millones de euros de fondos comunitarios y con un préstamo de la Agencia Portuguesa de Ambiente por otros 17.

La última fase de la obra, que consiste en un cabo que unirá el parque eólico a tierra -y que está presupuestado en 48 millones- será sufragado íntegramente por fondos comunitarios y de apoyo a la innovación.

Al margen de lo novedoso del proyecto, la importancia de esta primera instalación radica en su proximidad a Galicia y en los planes de expansión de este modelo de plataformas generadoras de eólica marina por la costa lusa.

Fuentes conocedoras del proyecto aseguran que la compañía norteamericana, que es la que desde el primer momento ha liderado el programa, ha estado en contacto con distintas instituciones (desde la Xunta a autoridades portuarias) para comercializar su modelo de parques eólicos marinos, que la compañía lleva ensayando desde el año 2011.

Según las explicaciones de Principle Power, los principales méritos de estas plataformas eólicas son los costes más bajos que los que entraña una estructura fija. Y también que tiene un menor impacto ambiental «porque todo el equipo es recuperable». Aseguran asimismo que tampoco existen restricciones sobre su ubicación. «Vamos a donde el viento esté», dice la empresa, que avanza que sus planes son ir más al norte de Viana do Castelo. 

Cara y compleja

¿Qué dice la Xunta? ¿Aprobaría la instalación de una plataforma eólica marina en aguas autonómicas?. «Se chegara o momento de avaliar algún proxecto, a Xunta sempre terá en conta e garantirá o respecto á paisaxe e aos ecosistemas das nosas rías e ao resto das nosas zonas pesqueiras e marisqueiras», explican desde la Consellería de Economía e Industria.

Poco más puede hacer la Administración gallega, porque, según la última sentencia del Tribunal Supremo (del 2016), ni Galicia ni ninguna comunidad autónoma tiene competencias sobre el desarrollo de infraestructuras de energía eólica en aguas interiores. «É dicir, a competencia para a tramitación de calquera tipo de plan sobre estas augas é do Estado», aclara Industria.

¿Por qué no interesa la explotación de la energía del mar en España? La eólica marina es más cara que otras tecnologías, por lo que está creciendo en aquellos países, como el Reino Unido y Alemania, que por distintas razones no tienen fácil el acceso a otras fuentes. Por otro lado, las condiciones geográficas tampoco son óptimas para este mercado, porque, aunque Galicia cuenta con algunas zonas de viento óptimas, las profundidades de su plataforma costera son muy altas, lo que dificulta la instalación de los aerogeneradores, que además se verían afectados por una climatología muy adversa.

La industria gallega saca partido de la elevada demanda de plataformas y aerogeneradores

Mientras la eólica marina se consolida en buena parte del norte de Europa, en Galicia, de momento, las mayores posibilidades de negocio se centran en la industria del metal más que en las eléctricas.

Los nuevos contratos de Navantia para los parques eólicos marinos East Anglia One (Reino Unido) y Nissum Bredning (Dinamarca) permiten a la compañía estatal diversificar su negocio, con trabajo en esta faceta por valor de 270 millones de euros.

Estos proyectos se unen a otros ya conseguidos en el ámbito offshore, como los de Hywind (Escocia, en construcción), y Wikinger (en el Báltico alemán, ya finalizado). 

Actualmente, la eólica marina supone el 15 % de la facturación global de Navantia, que aspira, junto con la empresa asturiana Windar, a ganar nuevos contratos, según datos actualizados por la Consellería de Industria. 

Molinillos por barcos

Por lo que se refiere a la iniciativa privada promovida por el naval gallego, la apuesta de cada vez más países por el mar y el viento como fuentes generadoras de energía está en el origen de la creación del Galician Off Shore Energy Group (GOE).

Se trata de un consorcio formado por un total de 36 empresas del naval, entre astilleros e industria auxiliar. Esta alianza arrancó a finales del año 2013 de la mano de Asime, la patronal gallega del metal.

Su idea era y sigue siendo participar en concursos internacionales de proyectos de construcción y mantenimiento de parques eólicos marinos y explorará oportunidades en los principales mercados de la eólica offshore, como el mar del Norte.