La crisis arrasó con la mitad de la riqueza de las familias más pobres

j. m. c. MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

ARMANDO BABANI | EFE

Se cebó con la renta de los hogares más jóvenes y respetó a los mayores

25 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los efectos que ha dejado la crisis económica han ensanchado la brecha entre las familias con menos recursos y las que cuentan con mejores posibilidades de afrontar esa etapa. Durante los seis años que transcurrieron desde la primera recesión, en el 2008, hasta el 2014, la riqueza de la que disponían los hogares se redujo un 37,2 % hasta situarse en la mediana -la banda estadística más habitual- de los 119.400 euros. El declive del patrimonio pasó de los 190.400 euros del 2008 hasta los 153.300 del 2011, según la encuesta financiera de las familias publicada por el Banco de España.

Esta pérdida ha sido mucho más significativa entre las familias que se encuentran en la franja económica más baja por renta. En estos casos, se han dejado un 50 % de la riqueza que tenían en el 2008, hasta quedarse por debajo de los 60.000 euros. De hecho, ha sido en el período 2011-2014 cuando más se ha depreciado su patrimonio, al hacerlo más de un 35 %. En el lado opuesto se encuentran los hogares con mejor posición, cuya riqueza también se ha visto mermada por los avatares de la crisis, aunque en un 15%, hasta los 439.600 euros.

La depreciación es mucho más acusada si se tiene en cuenta la edad de los ciudadanos. Entre los jóvenes con menos de 35 años, el patrimonio ha encogido en un 93 %, hasta situarse en los 4.900 euros, frente a los 81.700 con los que contaban en el 2008. Por el contrario, los jubilados de entre 65 y 74 años han sido el colectivo menos dañado por la depresión económica, al recortarse su riqueza en un 1,9 %.

La desigualdad también se ha hecho patente en los años analizados por el regulador -lo hace a través de más de 6.000 encuestas en un estudio que se realiza cada tres años- al constatar que apenas el 1 % más acaudalado de los españoles acapara el 20 % de la riqueza del país. En la anterior oleada esa proporción era del 16,8%.

El problema que acusan las familias con menos recursos es que tienen concentrada en la vivienda la mayor parte de su patrimonio. Con la depreciación de los precios inmobiliarios, la riqueza asignada se ha hundido, aunque esa pérdida latente de dinero no se materialice hasta que no se venda la propiedad. El 80 % de los activos que tienen los españoles se consideran reales. Esto es, inversiones tangibles, como los inmuebles. De hecho, la vivienda principal representa un 57,4 % de este patrimonio, seguido por otras propiedades inmobiliarias (31,5 %), los negocios en los que participan (10,1 %) y las joyas u obras de arte (un 1 % del total). Sin embargo, este reparto de la riqueza cambia en el caso de los hogares con más recursos, donde la vivienda principal representa un 40 % del total; la secundaria, un 38 %; y las acciones en empresas propias, más de un 20 %. Desde el Banco de España también señalan un hecho destacable que puede influir de cara al futuro: el peso de la primera vivienda como parte del patrimonio va perdiendo importancia.