A «lo chino callando», el Gobierno lo compra todo

ECONOMÍA

maria pedreda

Empresas como Hijos de Carlos Albo están pendientes de decisiones que tome Shanghai Kaichuang, una pesquera que se hizo con la conservera gallega por 60,9 millones

08 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay discusión: China está que se sale. Compra todo lo que se le pone por delante: clubes de fútbol, astilleros, empresas de alimentación, edificios emblemáticos... Sin reparos y sin descuentos. A tocateja. Solo en los últimos cuatro años el capital del país asiático ha sido protagonista de operaciones próximas a los 500 millones de euros. Hoy, empresas como Hijos de Carlos Albo están pendientes de decisiones que tome Shanghai Kaichuang, una pesquera que se hizo con la conservera gallega por 60,9 millones. También los trabajadores de Urbaser hoy reciben la nómina de Firion Investments, Ying Zhan Investment Limited, una sociedad con sede en Hong Kong y que solo tuvo que abrir la cartera y entregarle a Florentino Pérez más de 1.200 millones de euros.

Como estos ejemplos son solo la punta del iceberg de todas las acciones a llevadas a cabo en España, en Europa y en el mundo por el gigante asiático, la pregunta que habría que formularse teniendo en cuenta que China no es democrática sería: ¿Está el Gobierno detrás de cada una de estas operaciones?

Javier Hernández, primer ejecutivo de Gold Millennium Group -con cuatro oficinas en China y dos en España- , explica que si la empresa es pública tiene que haber aprobación por parte del Gobierno; si es privada, no. Sin embargo, en este último caso, los directivos de la sociedad compradora sí tienen que plantear de forma oficial la adquisición de la empresa extranjera, el montante de la operación y las características del proyecto en el Departamento de Comercio chino. El proceso no es complicado y su aprobación suele tardar entre uno y seis meses. Una vez superada esta fase, la empresa privada china debe de presentar la documentación en el Departamento de Divisa Extranjera para obtener la aprobación de cambio del yuan a la moneda internacional, euros o dólares americanos, normalmente. Este proceso suele tardar también entre uno y seis meses, dependiendo del montante económico de la operación.

¿Y qué hay de la corrupción?

De acuerdo con lo explicado, todo parece relativamente sencillo, pero ¿qué hay de la corrupción? Javier Hernández lo explica así: «A día de hoy, la corrupción en los entes públicos se ha combatido internamente, dentro del Gobierno, de forma expresa durante los últimos 8 años en China. Los «favores» públicos a empresas privadas han ido desapareciendo».

El experto cree que China se ha puesto al día de las reglas democráticas en todo lo que está relacionado con la economía -no así en lo social-, y aplica políticas abiertas y liberales tanto en el mercado local como en las operaciones internacionales.

De la agresividad empresarial de los asiáticos no cabe la menor duda. Tienen una capacidad inversora brutal. Les sobra el dinero, lo que los convierte en verdaderos tiburones para los negocios. Sus fronteras comerciales las marca el mundo. Y si no, que se lo pregunten a África y a sus gentes, que también saben lo que es China. Allí compra tierras agrícolas y mineras. Para explotar, y con capataces asiáticos. La tecnología la buscan en países punteros, como Alemania, donde la crisis también ha hecho mella en empresas de última generación que han caído a los pies del gigante.

No hay marcha atrás. Lo chino se impone.