Bruselas se prepara para levantar las restricciones a Abanca tras cinco años

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

La Comisión no ve razones para prorrogar los vetos comerciales a la entidad

31 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El período de tutela de Bruselas sobre Abanca está a punto de tocar a su fin. Con el cambio de año quedarán atrás los exámenes regulares a los que la entidad se ha visto sujeta tras su nacionalización, rescate y posterior venta al grupo financiero Banesco de Juan Carlos Escotet hace justo tres años. Fue aquella una operación que le permitió al Estado ingresar más de 1.000 millones de euros; era la primera en la que se pagaba más de un euro en España por una entidad intervenida.

Ese control era una obligación impuesta por Bruselas al entonces NCG Banco tras recibir el salvavidas del rescate financiero en el año 2012. El catálogo de exigencias que la entidad ha tenido que ir cumpliendo a pie juntillas para recibir el visto bueno de las autoridades europeas está a punto de caducar. Incluyó recorte de red y de plantilla, requisitos en la concesión de algunos créditos (sobre todo al sector promotor, obligando a dar una serie de garantías), delimitaba el crecimiento fuera del noroeste y marcaba la venta de una buena parte de la cartera industrial.

A tenor de los últimos informes, la actual Abanca habría cumplido con el grueso de la hoja de ruta y quedará libre de control cuando expire el período de vigilancia. Pero aún falta el documento final. «No podemos prejuzgar el resultado, pero hemos estado monitorizando la aplicación de la decisión sobre ayudas de Estado a lo largo de la reestructuración de NCG Banco y no hemos visto la necesidad de actuar por el momento [...]. Una vez que el período de reestructuración termine, y si el banco cumple con todos los compromisos adquiridos, no habrá condicionamientos a mayores para el banco», aseguran fuentes de la Comisión Europea antes de advertir de que no se podrá abrir el telón hasta que se publique el informe de evaluación final de la institución presidida por Jean Claude Juncker.

Lo que aún falta

¿Cuándo será eso? No hay una fecha. El equipo del luxemburgués y las autoridades de Competencia no lo harán hasta que el monitoring trustee (supervisor) les remita sus conclusiones técnicas. «Puede llevar semanas o meses», matizan. A pesar de la espera, Bruselas confía en que la entidad, muy arraigada en el tejido social y empresarial gallego, tendrá una salida limpia y no necesitará ni prórrogas ni medidas adicionales.

Cuando el FROB adjudicó la entidad en diciembre del 2013, los compradores iniciaron una negociación directa con las autoridades comunitarias para lograr que se suavizaran las condiciones marcadas por la Comisión en el 2012. Lo lograron. El 20 de junio del 2014, Bruselas aprobó la modificación de su plan de reestructuración y la aplicación a la entidad de un nuevo term sheet (el pliego de cláusulas que regulaban las reestructuración del banco). Entre otras mejoras, acortó en un año el período de tutelaje (vencía a finales del 2017) y le dio flexibilidad en el proceso de venta de participadas, eliminando el calendario de venta anual. El banco ha ido desprendiéndose de activos en los últimos meses, el último su 10 % en Gas Galicia, pero también su participación en Cupa, en R o en Tecnocom.