La banca se prepara para un aluvión de demandas por las cláusulas suelo

r. santamarta / j. capeans REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Las cláusulas suelo
La Voz

Xunta y partidos exigen a las entidades que devuelvan «de oficio» el dinero

23 dic 2016 . Actualizado a las 11:17 h.

La pionera, e inesperada, sentencia del tribunal de la UE contra la cláusula suelo de las hipotecas en España, marcando su nulidad completa, abre un escenario judicial muy amplio para el que ya se están preparando bancos, abogados y tribunales, según coinciden las fuentes consultadas. Solo en Galicia se contabilizan 200.000 usuarios afectados por esa cláusula, incluyendo en esa cifra aquellos a los que se les retiró en el 2013, sobre todo de la antigua Novagalicia y del BBVA.

La fuerte resistencia de la banca a darse por aludida de forma generalizada por la sentencia de Luxemburgo obligará a los clientes a ir al juzgado para reclamar su dinero, caso a caso. Es muy probable que ahí, siguiendo el patrón dictado ahora por Europa, se declare que la cláusula es nula desde su origen, es decir, desde que se firmó el crédito, y no solo desde mayo del 2013, que fue la fecha que marcó el Supremo y que estaban siguiendo al dedillo todos los juzgados gallegos. Pero para llegar a ese paso final, la sentencia y recuperación de todo dinero pagado de más, habrá que esperar «varios meses», coinciden todos los abogados consultados.

Lo cierto es que esta sentencia solo cita los casos de BBVA, Popular y Cajasur (ahora en Kutxabank) respuesta a las dudas que presentaron juzgados españoles de primera instancia al discrepar del criterio del Supremo. Pero aunque no habla del resto, sí que abre un camino general muy claro para todas aquellas entidades que comercializaron cláusulas suelo, que podrían tener que devolver cantidades millonarias en los próximos meses siguiendo el nuevo criterio. Es posible también que en las próximas semanas llegue alguna instrucción a los juzgados explicando el nuevo marco abierto con la sentencia del miércoles.

Todo ello es lo que están temiendo los servicios jurídicos de los bancos, incluso aquellos que ya tenían sus casos previamente juzgados, pero condenados solo a devolver hasta mayo del 2013, y no más atrás. Es posible que ahí también haya un nuevo frente judicial.

Este es el tercer gran caso judicial que se le abre a la banca -y, a la vez, tercera gran oportunidad para los abogados- en apenas cinco años, tras la estafa de las preferentes y la fallida salida a bolsa de Bankia (esto, con menos incidencia en los tribunales gallegos). Y llega en un momento complejo, con el negocio financiero muy débil por los tipos de interés a cero.

Respaldo a los afectados

Los bancos obligarán a pleitear -ninguno de los consultados se plantea por ahora una solución general para todos sus clientes-, pero los partidos políticos empiezan a moverse para tirar de las orejas a la banca. Ayer fue tajante el presidente de la Xunta al término de la reunión semanal de su Gobierno. Alberto Núñez Feijoo aseguró que el deber de la Administración gallega en este caso es defender a los consumidores «porque teñen dereito», como acreditaron las instancias judiciales europeas. Resuelto el trámite jurídico, ahora les toca a las entidades «cumprir de oficio» e ingresar las cantidades pertinentes en las cuentas de los clientes: «É unha obriga legal e moral», zanjó el jefe del Ejecutivo, recordando que el Instituto Galego de Consumo e Competencia estará a disposición de cualquiera que necesite asesoramiento gratuito, ya sea a través de la web o de las siete oficinas presenciales repartidas por la comunidad.

El Gobierno, de perfil

La postura directa del presidente gallego contrasta con la actitud del Gobierno central, que se puso de perfil cuando se le interrogó por este asunto, apelando a que se trataba de acuerdos entre entidades privadas y clientes.

El PSOE, por su parte, anunció que trabaja junto a organizaciones de consumidores para elaborar un instrumento extrajudicial que permita que de forma «rápida y a coste cero» los afectados por las cláusulas suelo «cobren todo» sin quitas. Su portavoz de economía, Pedro Saura, recordó que la sentencia de Luxemburgo es «clara, contundente y concluyente».

Diferentes organizaciones de consumo se vieron ayer con los partidos en el Congreso para pedirles respaldo ante la banca. Aunque creen «lo pondrán difícil» para cobrar las devoluciones que les correspondan, sostienen que es una «muy buena oportunidad» para que las puedan «lavar su imagen».

Las devoluciones millonarias podrían encarecer futuros préstamos en pleno repunte del negocio hipotecario

Las consecuencias de tener que devolver hasta 4.000 millones de euros por la retroactividad total de la cláusula suelo (el cálculo es del Banco de España) podría llevar a las entidades financieras españolas a encarecer las hipotecas (subiendo el diferencial, principalmente) justo en un momento en el que el mercado de la vivienda y de los préstamos comienza a coger algo de brío. Será una manera de compensar lo que presumiblemente se perderá en los juzgados. «Las cláusulas son transparentes y siempre hemos considerado que son legales, y formaban parte de las condiciones del crédito; si no se podían poder, es muy posible que entonces al cliente se le hubiera elevado el diferencial sobre el euríbor», apuntaba el miércoles un veterano del sector.

El dinamismo de los créditos para la vivienda lo constataba ayer el INE. La firma de nuevas hipotecas para la compra de vivienda volvió a acelerar su crecimiento en octubre y aumentó casi un 17 % interanual, casi siete puntos más que el mes anterior. Están teniendo un fuerte tirón los créditos a tipo fijo, una de las firmes apuestas de la banca para contrarrestar la caída de tipos de interés.

El impacto de la sentencia de la UE es grave, según advertían ayer las casas de análisis. La agencia Fitch aseguró que añadirá «más presión» a la «ya debilitada» rentabilidad de los bancos españoles. A su juicio, la sentencia acelerará la retirada de las cláusulas que aún mantienen algunas entidades, lo que reduciría sus ingresos y su rentabilidad. El banco de inversión norteamericano Goldman Sachs, estima que la banca tendrá que reservar hasta 2.500 millones de euros más.