Las grandes del Ibex, a un paso de tener que devolver ayudas millonarias

adolfo lorente BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

GEORGES GOBET | Afp

La bonificación fiscal por compras en el extranjero podría ser contraria a la ley

22 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pese a quedar eclipsado por la sentencia de las cláusulas suelo, el supermiércoles judicial que vivió España en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea también provocó otra gran sacudida en las grandes del Ibex 35 después de que los magistrados anulasen dos sentencias de primera instancia emitidas por el Tribunal General en el 2014 que daban el plácet legal a las bonificaciones fiscales por comprar empresas en el extranjero, algo que la Comisión Europea consideró -y sigue haciéndolo- que son ayudas selectivas a través del impuesto de sociedades y, por ende, ayudas de Estado ilegales contrarias a las normas de Competencia.

Estamos hablando de cientos e incluso miles de millones que Hacienda ha podido dejar de ingresar de las grandes del Ibex (Telefónica, Santander, Ferrovial, Iberdrola, Abertis...), y que llegado el caso, deberá calcular y solicitar a las compañías afectadas. Así lo volvió a pedir ayer el Ejecutivo comunitario, que se felicitó por el fallo ya que a su juicio avala las tres decisiones tomadas ad hoc en los años 2009, 2011 y 2014 con el sello del excomisario española Joaquín Almunia.

Lo que ayer concluyó el TJUE es que el Tribunal General incurrió en «un error de Derecho» por «no aplicar correctamente el requisito de carácter selectivo», de forma que le devuelve el asunto para que lo vuelva a analizar en función de las reglas de juego ahora fijadas. Se espera que el nuevo pronunciamiento tarde todavía muchos meses en conocerse. Lo que sí se sabe es que las decisiones de la Comisión vuelven a tener plena vigencia y por ende, deberían ser cumplimentadas por España. Bruselas ordenó recuperar las ayudas desde diciembre del 2007. Ahora la pelota vuelve al tejado de Hacienda.

El origen

Todo se remonta al 2002, bajo el Gobierno de José María Aznar. Entonces, con el propósito de lanzar la marca España en el exterior, se permitió a las compañías que tributasen en el país la amortización durante 20 años del llamado fondo de comercio (diferencia entre el valor de una empresa en libros y el precio finalmente abonado) generado por la compra de al menos el 5 % de una compañía extranjera, siempre que la mantuviera durante al menos un año.

La ofensiva de la Comisión Europea contra esta práctica se produjo en tres oleadas. Primero con una decisión, en el 2009, que ilegalizaba las bonificaciones por adquisiciones de compañías de la UE; luego otra en el 2011, para operaciones fuera de la UE; y una tercera, en el 2014, para aquellas realizadas de forma indirecta, a través de un holding empresarial que ideó en el 2012 Cristóbal Montoro.

Grosso modo, el Tribunal General concluyó en el 2014 que no había selectividad porque todas las empresas podrían haber comprado firmas en el extranjero, pero ahora, el TJUE avala la tesis contraria porque las compañías que sí han adquirido firmas dentro de España no se han podido beneficiar de estos incentivos fiscales. Así lo recuerda la institución en el comunicado emitido ayer: «En efecto, las sociedades residentes españolas que adquieren una participación del 5 % en otra sociedad residente no pueden acogerse a la ventaja fiscal que confiere la medida controvertida. En cambio, el beneficio de la medida de que se trata se reserva únicamente a las empresas que efectúan una adquisición de participaciones de al menos el 5 % en una empresa extranjera». Sigue la batalla.

La Bolsa castiga al sector y se ceba con Liberbank y Popular

La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea pilló ayer a todo el mundo con el pie cambiado. A las entidades, que consideraban muy remota la retroactividad total; y a los inversores, que tampoco contaban con que el fallo obligara a devolverlo todo y no solo lo cobrado de más desde el 2013. Y tan pronto como lo supieron, pusieron pies en polvorosa. Cuando la bolsa cerró sus puertas, la herida más profunda era la que se apreciaba en la cotización del Liberbank. Un agujero de 13,44 %. De menos de la mitad, pero también doloroso resultó el golpe que encajó el Popular, al que las ventas le hicieron un roto del 5,82 %. En el lado opuesto, el Santander, que prácticamente salió indemne. con un descenso del 0,44 %.

Entidades y analistas realizan cálculos para determinar el impacto de la sentencia en las cuentas del sector. Y dicen algunos expertos que a algunos bancos los efectos de las miles de reclamaciones que tendrán que afrontar los acabarán arrastrando a las pérdidas. Justo cuando empezaban a levantar cabeza. Por no hablar de que los dividendos sufrirán, claro, un hachazo. De ahí que muchos decidieran llevarse ayer su dinero en busca de un puerto más seguro.

Con todo, la sentencia ha venido a truncar la remontada que habían iniciado los bancos en la bolsa en las últimas semanas, a lomos de las expectativas de mayor inflación y subida de los tipos de interés, alentadas por el triunfo de Trump.