Juan José Toribio: «Si Trump instaura el proteccionismo, habrá un efecto recesivo mundial»

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

CEDIDA

El presidente de la Fundación Internacional IESE considera que el crecimiento español es sano, sin inflación y con impulso a las exportaciones

11 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Es una de las voces más prestigiosas para analizar el actual momento económico e intuir por dónde irá el futuro. Profesor emérito de Economía, presidente del Centro Internacional de Investigación Financiera, y presidente de la Fundación Internacional IESE, Juan José Toribio ha visitado Galicia.

-¿Cómo ve la situación económica que atraviesa España?

-Es óptima.Y me explico: estamos creciendo a una velocidad considerable, un 3,2 %, y lo está haciendo con una composición del PIB que, en principio, es sana, con gran impulso de las exportaciones y la formación bruta de capital, especialmente en bienes de equipo. Y es, además, un crecimiento sin inflación, cosa que históricamente ha ocurrido muy pocas veces. A esto se suma una evolución de la tasa de crecimiento de empleo similar a la del PIB y con un superávit en la balanza de pagos. Cuando uno ve todo esto en conjunto pues no recuerda un solo período en la historia de España en que esto haya ocurrido.

-Por lo que usted describe, estamos atravesando una coyuntura francamente inmejorable...

Claro, lo que ocurre es que esto es una foto fija. Y existen un conjunto de riesgos que conviene analizar detalladamente para hacer un análisis completo para ver no solo cómo estamos sino hacia dónde nos dirigimos.

-¿Cuáles son para usted esas amenazas?

-Hay riesgos exteriores e internos, propios. En cuanto a los primeros, señalaría varios; primero el aterrizaje económico de China, que ojalá sea suave. En cualquier caso, China necesita un ajuste y esto genera un impacto en el resto del mundo, sobre todo en aquellas economías emergentes que han invertido allí mucho. En segundo lugar, está la nueva política económica de Estados Unidos con su nuevo presidente. Hay que ver si de verdad instaura el proteccionismo, tal y como ha prometido. Esto tendrá un efecto recesivo sobre la economía mundial. Esto sería muy largo de analizar.

-¿En qué se concretaría?

-La combinación de una política monetaria más restrictiva con la política presupuestaria anunciada, con rebajas de impuestos y subida del gasto en infraestructuras, es decir, más déficit, nos llevará a una subida de tipos de interés en EE.UU y por tanto del dólar, lo que pondrá en apuros financieros a las economías emergentes. Por último, estarían los riesgos derivados de la negociación del Brexit más la incertidumbre política de Italia. Estamos, por tanto, ante un escenario de turbulencias, de inquietudes, y todo esto podría afectarnos.

-¿Dónde están los riesgos?

-La más importante es reducir el déficit presupuestario en la medida en la que nos lo ha pedido Europa. Este año ya tendría que estar por debajo del 3 % y vamos a terminar en el 4,6 %. Ahora hay que presentar los presupuestos del 2017 y se ha anunciado retoques en el impuesto de Sociedades y impuestos especiales. Vamos a ver si esto es suficiente o tenemos que hacer más, tanto en reducción de gasto como en aumento de los ingresos. De cualquier forma, estamos ante un ajuste fiscal, y esto tiene que tener un efecto recesivo. Ya veremos de cuánto. Lo que es seguro es que habrá una desaceleración del crecimiento. Los otros riesgos internos que tenemos son de orden político, en relación a las tensiones territoriales con Cataluña. Y todo esto hace que esa foto de la economía española, tan extraordinariamente positiva, pueda emborronarse en cualquier momento.

-¿Usted no cree que estamos creciendo sobre un modelo demasiado desigual en términos sociales?

-El empleo ha cambiado en todo el mundo. El mundo cambió con la globalización y con el cambio tecnológico. Y eso se observa en los mercados de trabajo de muchos países.

-Pero la clase media está cada vez más empobrecida. Y eso repercute en la demanda de consumo, es decir, en los beneficios del propio sistema...

-En España el problema no ha sido tanto la devaluación de los salarios como la generación de paro. En otros países, en cambio, hubo más ajuste en las retribuciones y, por tanto, menos desempleo. De todas formas, en el mundo, estamos viviendo un cambio de la distribución de la renta en el mundo. Las clases medias en los países avanzados, y aquí incluyo Estados Unidos y otras zonas de Europa, están viendo un estancamiento de sus ingresos. Y a cambio, está generándose una importante clase media en los países emergentes, como China y la India. Esto es justamente lo que decíamos que teníamos que hacer, una transferencia de renta de los países más ricos a los menos avanzados.

-Pero el problema es sobre quién recae más esa transferencia...

-Sin duda, sobre las grandes clases medias. En China no llaman la atención unos cuantos millonarios, que los hay, sino una nueva clase media de 400 millones de personas. Este es el efecto de la globalización. Hay que tener en cuenta que los grandes ricos en España y en el mundo ya no son los mismos de antes. Y hay un ejemplo muy claro en A Coruña.

-¿En qué medida la salud del sistema financiero no sigue siendo una amenaza?

-En España, con la excepción de algún caso particular, como hemos visto estos días, la situación general es buena. La gran banca española está bien capitalizada y con unos balances sanos, en el sentido de que han hecho provisiones muy fuertes. Hubo una gran operación acordeón. Esta no es la situación de la banca italiana o de una parte muy importante de la banca alemana. Ni hicieron a tiempo los ajustes de balance correspondientes ni llevaron a cabo la recapitalización.

-¿Y cuánto le preocupa a usted eso?

-Eso es una amenaza sin duda alguna para la Unión Europea y para el crecimiento europeo. Y por tanto, indirectamente, para el resto de las economías de la zona. Hay sombras en el horizonte. Y la situación de la banca de algunos países es una de ellas.