Los concellos ahorran tres millones al año con alumbrado público eficiente

Elisa Álvarez González
E. Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

SANDRA ALONSO

El consumo energético se lleva casi el 10 % de los presupuestos municipales

01 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La necesidad de reducir la contaminación lumínica, buscar sistemas eficientes y bajar la factura del consumo energético hacen que el debate sobre el alumbrado público esté más de actualidad que nunca. La Voz de Galicia reunió a expertos en el primer Foro Gallego de Luminotecnia e Innovación Urbana en un encuentro celebrado en Santiago, en el que se dieron a conocer las nuevas tecnologías lumínicas y las fórmulas de financiación para que los concellos gallegos puedan llevar a cabo toda una renovación de la iluminación en sus espacios públicos. 

Bernardo Tahoces, director xeral de Enerxía de la Xunta, dejó claros tres mensajes: la eficiencia energética es un objetivo prioritario y este sector vive una auténtica revolución; esta eficiencia es relativamente sencilla en el sector residencial, y más aún en el alumbrado público; y, finalmente, tal y como recoge el último reglamento estatal, no solo hay que ligar esta eficiencia al ahorro, sino también a la seguridad.

Emérito Freire, director del departamento de Enerxía del Inega, desgranó en detalle lo que supone el consumo de energía en los concellos gallegos y las ayudas puestas en marcha por la Xunta para renovar el alumbrado público. En el período 2011-2016 se ejecutaron 15,4 millones para sustituir 45.000 puntos de luz en más de un millar de instalaciones. Se actuó en más de 300 concellos, prácticamente en todos menos en las grandes ciudades, logrando un ahorro anual con esta renovación de tres millones de euros al año, un ahorro que en consumo se tradujo en 21.164 megavatios hora al año o, lo que es lo mismo, la energía que consumen seis mil hogares.

El coste energético es mayor en Galicia por un motivo, la dispersión geográfica. A excepción de las ciudades, se calcula que casi el 10 % de los presupuestos municipales se destinan al consumo energético, y la iluminación pública es el principal destinatario (un 53 % de la energía), seguida de las dependencias municipales.

La renovación de la iluminación pública -fundamentalmente instalando el sistema led- permite un ahorro de en torno al 65 % en la factura, explicó Emérito Freire, una cifra en la que coincidió Ángel Sánchez de Vera, responsable del departamento de Servicios del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE). 

Medidas proteccionistas

En el turno de preguntas, en el que participaron alcaldes y otros representantes del ámbito municipal, se abordó la reivindicación de establecer medidas proteccionistas para las empresas gallegas, de cara a fomentar el empleo en la comunidad. El director xeral de Enerxía señaló que sí pueden establecerse mecanismos para favorecer a este sector.

El grafeno presenta 40 veces más posibilidades que el led

Cuando se habla de tecnologías lumínicas, el led se sitúa en la vanguardia. Pero la vanguardia va más allá. Fernando Ibáñez, presidente del Comité Español de Iluminación (CEI), señaló que los últimos avances se sitúan ya en modelos como el plasma, el láser, los nanotubos de carbono o el grafeno, este último con 40 veces más posibilidades que el led. «La tecnología de nanotubo de carbono es incipiente -indicó-, pero la láser y el plasma ya están avanzados». Ibáñez fue muy crítico con el reglamento de eficiencia energética del Gobierno central, «cojo, aunque tiene algún aspecto positivo, como por ejemplo que exija una uniformidad en las instalaciones», y recordó la importancia de reducir la contaminación lumínica, es decir, la cantidad de luz que emite una ciudad.

Esta contaminación, recordó el presidente del CEI, supone un problema para las aves migratorias e incluso llega a suspender el ciclo vital de algunos insectos. Para reducirla, explicó, es importante ir trabajando poco a poco, «porque la cultura de la luz también se aprende». Y es que los españoles, explicó Fernando Ibáñez, no necesitan una mayor cantidad de luz artificial por vivir en un país con más luz natural que los del norte de Europa, aclaró, «porque nuestras necesidades de visión son las mismas».

Ángel González, presidente ejecutivo de la compañía gallega Setga, una de las más innovadoras en Europa, aportó una visión diferente al debate: el componente humano del alumbrado público, abordando aspectos como la temperatura de color, el índice cromático o la intensidad lumínica. «Nuestro cuerpo se va adaptando a los distintos parámetros de la luz natural, y esto también ocurre con la luz artificial», y de ahí la importancia de una adecuada instalación. Y es que, apuntó este experto, de la misma manera que no reaccionamos igual ante un día gris que ante otro luminoso, «una mala instalación tiene efectos similares a un día de niebla».

Finalmente, Pedro Arias Sánchez, del grupo de investigación Xeotecnoloxías Aplicadas de la Universidade de Vigo, presentó el Proyecto Candela, un sistema de digitalización del ciclo de vida del alumbrado público que cuenta con tecnología gallega.

«El ayuntamiento tiene que iluminar el espacio público, no el jardín privado»

Ángel Sánchez de Vera, representante del IDAE, explicó la línea de ayudas del Instituto para la Diversificación a los municipios, tanto de fondos Feder como del Fondo Nacional de Eficiencia Energética. Este último destinó 65 millones durante los años 2014 y 2015 para esta partida, una cifra mayor de la prevista por la avalancha de solicitudes de los ayuntamientos.

Esta línea de ayudas, que se concedió a seis concellos gallegos mientras que dos están en lista de espera, permite una inversión de entre 300.000 y cuatro millones por ayuntamiento a interés cero. Sánchez de Vera incidió en un aspecto que también abordaron varios de los participantes: la necesidad de que la iluminación pública no derroche ni contamine. «El ayuntamiento tiene que iluminar el espacio público, no un jardín privado», apuntó.

Otro punto de vista lo aportó Jesús Castro, director de Faepac, una fundación sin ánimo de lucro que depende de la Diputación de A Coruña y que realiza funciones de gestor energético para los concellos, «una figura fundamental», dijo Castro. Y es que el control y la optimización de la factura de energía es clave en el ahorro. Y puso un ejemplo: un escrito de una compañía eléctrica que admite que la factura de 37.000 euros baja a 2.009.

Alfonso Clemente, directivo de Ferrovial en Galicia, explicó los casos concretos de dos contratos de eficiencia energética, los de Carballo y Ribeira, en los que se aborda de modo global el consumo de los ayuntamientos. Y también mencionó uno de los aspectos que tienen una aplicación directa en la vida de los ciudadanos y en su seguridad, la iluminación correcta de los pasos de peatones, una medida que todos los expertos en el foro organizado por La Voz de Galicia coincidieron en su importancia y en su papel a la hora de evitar atropellos, muchos de ellos mortales.