«La sociedad cambia, y las pensiones han de adaptarse a esa realidad de forma constante»

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Rubén Santamarta / Senén Rouco

Retrasar la edad de jubilación, dice, es una medida «muy potente» para poder mantener el sistema

30 nov 2016 . Actualizado a las 17:48 h.

Toma David Carrasco una experiencia personal para recordar lo poco que se ha avanzado en España en informar a la población sobre un momento tan relevante como la llegada a la jubilación: «Cuando tenía 7 años mi abuelo supo lo que iba a percibir un mes antes de retirarse. No recuerdo si era mucho o poco, pero la realidad es que iba a hacer frente a un período largo de su vida con esos ingresos. Cuarenta años después, los españoles están recibiendo la información de la misma forma, sin saber si lo que vamos a cobrar es suficiente o insuficiente, porque nos lo dicen con un mes de antelación». Para este economista, director del Instituto BBVA de Pensiones y representante del banco ante Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, conseguir que se abra y mantenga un debate vivo sobre la jubilación es algo fundamental. Lo recuerda justo cuando se acaba de abrir el melón del Pacto de Toledo.

-¿El actual sistema de pensiones es sostenible si no se reforma?

-No es que haya que reformarlo, es se tiene que hacer periódicamente porque la población cambia, la esperanza de vida aumenta, el número de jubilados sigue creciendo... En unos años habrá menos trabajadores soportando un mayor número de pensiones y además más altas. El sistema se tiene que reformar constantemente para adaptarse a esa realidad.

-¿Y no se están poniendo solo parches ante un reto tan grande?

-Si hacemos un repaso, en 20 años ha habido media docena de reformas. De alguna forma estamos ajustando el sistema para dar respuesta a una sociedad dinámica y cambiante. ¿Son parches? Es opinable si se avanza o no lo suficientemente rápido en relación a ese cambio social. El sistema tiene que hacer frente a retos a medio y largo plazo. Los sistemas como el español se basan en la solidaridad intergeneracional, los trabajadores de hoy estamos pagando las pensiones de hoy, y hay que procurar que ese sistema siga estando vigente para esos trabajadores de hoy y que serán jubilados mañana. Ese es el objetivo, y los partidos y agentes sociales del Pacto de Toledo tendrán que poner de su parte.

-¿Qué soluciones se pueden poner sobre la mesa?

-Lo primero a tener en cuenta es que vivimos más. Las pensiones han sido algo consustancial al ser humano desde el mesolítico para proveer de alimentos a la población mayor. El primer sistema moderno llega en Alemania en 1889, y se estableció un seguro de vejez con una edad de jubilación de 70 años, cuando entonces de cada 100.000 personas que nacían, menos de la mitad llegaban vivas a los 40. Era una edad tan alta que se bajó a los 65 años, que es hoy, más de 100 años después, la edad de referencia para la jubilación cuando la esperanza de vida se ha duplicado. Quiere decir esto que el contexto en el que se montaron los sistemas de pensiones, en Alemania primero y luego en España, no tienen nada que ver con lo que sucede hoy. Vivimos más, y tiene sus contrapartidas, porque una persona con 65 años va a percibir una pensión durante 20 años y va a haber estado 20 o 25 años formándose, otros 20 jubilado, y el período con el que va a financiar las pensiones serán 40. El sistema tiene que adaptarse.

-Así que es irreversible lo de estirar la edad a la que nos tendremos que retirar...

-Eso está pasando en España, en Europa y en todos los países de la OCDE. La reforma del 2011 progresivamente iba retrasando la edad de jubilación a los 67 años. Pero es que el Reino Unido está pensando llevarla a los 68, en Alemania se acaba de proponer los 69, e incluso en Suecia se debate llegar a los 75 u 80 años. El proceso es dinámico, como la sociedad y como la esperanza de vida.

-Olvidémonos definitivamente de retirarnos a los 65...

-Si vivimos más y queremos tener esas jubilaciones, tendremos o que cotizar más años, o pagar más impuestos, o ahorrar mas individualmente para complementar la pensión. Cada año más que vive un jubilado cuesta 15.000 euros. Las pensiones de los nuevos jubilados 425.000 euros al sistema por persona. En la medida en que suba la esperanza de vida, las pensiones costarán más. Retrasar la edad de jubilación es una edad muy potente porque cotizamos más años, y pagamos menos tiempo las prestaciones.

-Y siendo un asunto tan sensible, ¿estamos suficientemente informados sobre la jubilación? Hay simuladores, hay aplicaciones que permiten calcularla, pero da la sensación de que seguimos con carencias.

-Eso es un asunto capital. Llegamos al momento de la jubilación sin saber si lo que vamos a cobrar es suficiente o insuficiente, porque lo sabemos con un mes de antelación. Y ya no hay tiempo para cambiar. Y puede que tengas un problema económico durante una buena parte de tu vida. En otros países europeos ya se les manda una carta explicando regularmente cuál será la pensión que recibirán si siguen manteniendo ese nivel de cotización. Suecia fue pionero. En España está contemplado, y hubo un posible reglamento que no entró en vigor. Esto ayudaría muchísimo, porque sabrías con qué medios vas a contar cuando te retires, si es suficiente o no, y tomar las medidas voluntarias que sean.

-Cuando uno escucha a alguien de un banco hablar de pensiones tiene la sensación de que le quiere colocar un producto.

-No. El Instituto BBVA de Pensiones no quiere vender nada. Nuestro objetivo es informar a la ciudadanía precisamente para evitar ese desconocimiento y esa preocupación, saber cuándo y cómo se van a jubilar. Tratamos de acercar el debate para que la población tome sus decisiones. 

Más información en www.jubilaciondefuturo.es