Venden sus datos a 30 euros y no le dan un duro

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez SOFIA.VAZQUEZ@LAVOZ.ES

ECONOMÍA

maria pedreda

¿Sabe si sus datos personales están siendo utilizados para cometer actos ilícitos?

27 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Usted se imagina que tenga un accidente de automóvil y que un buen día le llamen por teléfono desde un despacho de abogados para preguntarle si quiere querellarse contra el conductor contrario? ¿Usted se imagina que haya estado hospitalizado y que se entere de que sus datos están ahora en manos de la compañía financiera o aseguradora que es dueña del centro sanitario en el que estuvo ingresado?

Sin uno molestarse demasiado es fácil conseguir, por seis euros, un conjunto de teléfonos o correos electrónicos de empresas de Francia; o, por 50 euros, el de un grupo de compañías de programación y tecnología. Un listado de 550 empresas españolas dedicadas al procesamiento se vende por 47 euros, el mismo importe si se quiere acceder a una relación de 8.800 fontanerías, de parafarmacias, de joyerías, o de administradores de fincas. Algo menos, 37 euros, cuesta conseguir una base de datos de veterinarios, de electricistas y de estancos. ¿Cuál ese el criterio seguido para ponerles precio? Cuanto más volumen de negocio mueven los profesionales que aparecen en esas bases, más se cotizan estas. Está prohibido vender datos de particulares. Sin embargo yo me pregunto ¿a quién no lo ha llamado por teléfono una señorita ofreciéndole todos los servicios de tal o cual compañía con la que nunca hemos tenido relación? ¿A quién no le han bombardeado el email con ofertas de tal viaje, de tal empresa de moda sin haber entrado en sus web? Nuestros datos tienen un precio. Se comercializan y a usted no le dan ni un euro. Se suben vídeos y fotos a las redes sociales sin ser conscientes de que el día menos pensado podrían llegar a ser utilizadas como publicidad, advierte Miguel López, secretario general de la Unión de Consumidores de Galicia. «Gastamos, compramos y nos piden nuestros datos, que damos alegremente sin leer las políticas de privacidad. Estas acciones no tienen vuelta atrás», recalca.

Desde su posición no es de extrañar que le preocupe especialmente la seguridad de los datos sobre salud, sobre las afiliaciones políticas o las creencias religiosas. Los ataques de los ciberdelincuentes ponen en peligro la intimidad de cualquier persona, su seguridad y sus intereses económicos. Reflexionemos: ¿Usted se da cuenta de que del robo de información (cuentas bancarias, datos de contacto etcétera) siempre se entera uno tiempo después de que haya ocurrido y nunca en el momento? ¿Estamos 100 % seguros de que nuestra información personal no está siendo utilizada para cometer actos ilícitos? Las compañías más tecnológicas luchan para posicionarse en un mercado en el que el objetivo es conocer qué come usted, cuándo y cómo; en qué se gasta su sueldo, qué préstamos quiere pedir, si viaja o prefiere quedarse en casa con un libro. Son capaces de hacerle preguntas hasta hartarse para concluir si lo que usted busca es una máquina de café o un antidepresivo. Nuestros datos tienen un valor por el que multinacionales se pelean. Son el pastel económico del futuro.

¿Sabe si sus datos personales están siendo utilizados para cometer actos ilícitos?