El Gobierno pretende bajar a 1.000 euros el límite para pagar compras en efectivo

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

El nuevo plan de lucha contra el fraude también incluirá que las empresas informen a Hacienda del IVA en tiempo real

26 nov 2016 . Actualizado a las 09:44 h.

El ministro de Hacienda lo avanzó esta semana: el nuevo plan de lucha contra el fraude incluirá otra vuelta de tuerca a la rebaja del límite para pagar en efectivo. El Gobierno pretende bajarlo de los 2.500 euros actuales a 1.000, según explicó ayer el portavoz de Hacienda de Ciudadanos, Francisco de la Torre, el diputado a cuya pregunta sobre la tributación de los acogidos a la amnistía fiscal respondió Montoro con el avance del plan de la Agencia Tributaria.

A falta de «conocer la letra pequeña», desde Ciudadanos son críticos con la medida, pese a ser una de las que la formación naranja incluyó en su pacto con el PSOE. «Está bien limitar el control del efectivo a 1.000 euros, pero nos parece que antes habría que evaluar hasta qué punto ha funcionado la limitación anterior -sanciones impuestas, reducción del número de billetes de alta denominación en circulación-, que no está claro», explicó De la Torre, que sin embargo defendió como más eficaz para controlar el fraude, ya que son pagos que dejan rastro, «fomentar el uso voluntario del pago con tarjeta o teléfono móvil, garantizándoselo a los ciudadanos para compras a partir de 10 euros».

«Nos parece una vía más respetuosa con los derechos de los ciudadanos y un medio más directo para que la Agencia Tributaria consiga información, porque hay muchos más pagos de pequeña cuantía. Pero para fomentarlo hay que obligar a la banca a rebajar las comisiones».

Los expertos también defienden la limitación del efectivo. El economista Enrique Sáez, autor del libro La energía oscura del dinero, destaca que «por primera vez hay métodos de pago que permiten que el dinero sea investigable, lo que no ocurre con el efectivo», y limitar el uso del metálico «aunque sea por interés fiscal, tendrá también impacto social, al disminuir la criminalidad que lo emplea (mafias) o que lo persigue (atracos)».

«El 75 % de los pagos en los países avanzados se hacen por medios electrónicos y la tendencia es imparable. La lógica es que iremos hacia la desaparición del efectivo», apunta Gonzalo Gómez Bengoechea, profesor de Economía de la Universidad de Comillas-ICADE, que respecto a dónde poner el tope señala que «cuanto más bajo, menos espacio para triquiñuelas y fraude, aunque hay que tender a la rmonización con los vecinos europeos». Portugal y Francia están en 1.000 euros y Grecia en 1.500, recuerda.

El plan contra el fraude también incluirá la puesta en marcha del bautizado como SII (Suministro Inmediato de Información) que obligará a las empresas a informar on-line en tiempo real a Hacienda de todas las facturas emitidas y recibidas.