La cesta de la compra subió un 10 % en la crisis, con los sueldos cayendo un 6 %

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Desde el 2009 en Galicia solo bajaron los precios del cerdo, la leche y el azúcar

13 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pese a que el IPC no abandonó las tasas negativas el año pasado y a que su última actualización, correspondiente al mes de septiembre -el INE publicará el martes los datos de octubre-, arrojaba en Galicia una tímida subida de dos décimas, llenar la cesta de la compra con los productos básicos de alimentación se ha encarecido durante la crisis. Y lo ha hecho del orden del 10 % entre el 2009 y la actualidad, por encima de la media general del índice en el período (el 8,1 %), y precisamente en una etapa en el que los sueldos registraron la evolución contraria, al acumular un descenso del 6 %, según los últimos datos de la encuesta trimestral de coste laboral, correspondiente al segundo trimestre del año.

En los últimos siete años, el coste salarial mensual por trabajador (excluyendo las cotizaciones sociales) en la comunidad pasó de los 1.746,51 euros a 1.640,63, lo que se traduce en una caída al mes de prácticamente 106 euros. Es decir, menos dinero disponible.

Y, paralelamente a eso, productos básicos como los ingredientes de la tortilla de patatas -el aceite, las patatas y los huevos- han registrado abultados incrementos de precio en el período, que en el caso del aceite, con precios muy determinados por el éxito de las cosechas, llega a frisar el 40 %. No en vano algunos economistas proponen la creación del índice de la tortilla, porque ilustra a la perfección cómo la alimentación -a diferencia de otros grupos que, como el transporte o la calefacción, también contabiliza el IPC- no se ha abaratado en absoluto.

En cualquier caso, la evolución del coste de los productos básicos de alimentación no ha sido lineal, y mientras que los referidos ingredientes de la tortilla encajan subidas porcentuales de doble dígito, otros han experimentado incrementos mucho más moderados en estos años. Pero resulta ilustrativo que de las 22 rúbricas de alimentación incluidas en la cesta de productos del IPC, solo tres se hayan abaratado. Es el caso de la leche, que ha perdido un poco más del 3 % de su valor en las estanterías del supermercado en el transcurso de una dura batalla que libran productores en industria y que afecta especialmente a Galicia. Curiosamente, mientras que el oro blanco ve caer su precio, a sus productos derivados, como los yogures, les ocurre exactamente lo contrario, ya que se han encarecido por encima del 5 %.

Junto con la leche, la carne de cerdo (-4,6 %) y el azúcar (18,4 %) son los únicos alimentos que están ahora más baratos que en los primeros compases de la crisis. 

La importancia del factor precio

Desde la Unión de Consumidores de Galicia (UCGAL) recuerdan que en la Memoria sobre la situación económica e social de Galicia 2015, elaborada por el Consello Económico y Social (CES), se alertaba del incremento de las desigualdades sociales en la comunidad, consecuencia directa de la crisis económica. «La reducción de ingresos provoca que las familias tengan mayores dificultades para llegar a fin de mes. Y si se da un aumento del precio de la cesta de la compra, la población con mayores dificultades para llegar al día 30 será la más afectada», apuntan, poniendo como ejemplo que en las familias numerosas su gasto principal es la cesta de la compra, y un aumento de su precio supone un reajuste importante que tal vez no puedan llevar a cabo. 

En el nuevo estudio que la organización presentará próximamente, centrado en la confianza de los consumidores en los grupos de distribución, la UCGAL destaca como «significativo» que uno de los aspectos que más inciden en la opción de compra de los consumidores para elegir uno u otro establecimiento de alimentación es el precio. «Con respecto al primer estudio que hicimos de estas características, que data del 2012, la importancia que los compradores dan al precio ha aumentado», añaden. Con sueldos menguantes, se impone la práctica de mirar con lupa lo que va del estante del súper a la cesta.