Se busca español para el BCE

adolfo lorente BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

ARNE DEDERT| EFE

El Gobierno de Rajoy resucita la operación para recuperar un asiento en el comité ejecutivo eurobanco

13 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«En ese momento me caí del burro. Me di cuenta de la pérdida de peso específico de España en ese complejo universo que es Bruselas. España había pasado a formar parte de los países incumplidores (...) Nos bajaban a segunda división». Ocurrió a finales del 2012, en Davos. El Gobierno de Mariano Rajoy apenas llevaba semanas en el cargo y el ministro de Economía, Luis de Guindos, acudía a su primer gran foro internacional con España a los pies de los caballos de los mercados. Y allí, en un aparte, su colega alemán, Wolfgang Schauble, disparó: adiós al BCE, al prestigioso asiento del comité ejecutivo del eurobanco (hay seis), el que España jamás iba a perder al existir un pacto no escrito entre las 4 grandes potencias del bloque (Alemania, Francia, Italia y España) para que siempre fuera así. Pero no. No bastó con patalear y llorar. La canciller alemana, Angela Merkel, había decidido castigar a España. «La primera en la frente», como confiesa De Guindos en su reciente libro España amenazada. Adiós al BCE, algo más que un cargo. 

«Spain is back»

La operación retorno a la cúpula económica de la Unión Europea acaba de ser resucitada por el segundo Gobierno de Rajoy, cuyo perfil continuista y, sobre todo, europeísta, es un claro mensaje para entonar aquello del Spain is back (ha vuelto) que el exembajador ante la UE y ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, lanzó en su toma de posesión. Él sabe cómo se las gasta el club de clubes y lo vital que es recuperar el asiento perdido en el BCE. También todos los cargos políticos españoles que trabajan en Bruselas. 

En España, más preocupada de sus guerras internas, no parece que se tenga tan claro, porque nadie habla de ello. ¿Ignorancia? ¿Desdén? ¿Indiferencia? Es verdad que la próxima vacante no se producirá hasta mayo del 2018, pero los hilos hace tiempo que deberían estar moviéndose, advierte una fuente comunitaria que conoce las entrañas del BCE. «España se juega mucho, es el gran partido que tiene que jugar en Europa y tiene que empezar ya. Hay que pensar en país y presentar candidatos sólidos, de reconocido prestigio y no elegir aspirantes de partido», asegura. Porque además, la vacante que queda es la vicepresidencia que ahora ocupa el portugués Vítor Constancio. Palabras mayores: ser la mano derecha de Draghi, su presidente.

¿Quién debe ser el candidato? No hay un regla escrita, pero es vox populi que el puesto será para una mujer. De hecho, De Guindos ofreció esta posibilidad a Schauble en aquel Davos de comienzos del 2012, «pero no coló» y se sentó el luxemburgués Ives Mersch. No hay que olvidar que llegó al Banco Central en medio de una agria disputa política, ya que el Parlamento Europeo censuró con dureza el machismo de la institución llegando a votar en contra de la elección. Su decisión no es vinculante, pero sí quedó ese poso de que a la próxima le harán caso.