España perdería 2.000 millones con el impuesto de sociedades europeo

a. l. BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

El nuevo tributo afectaría a las grandes empresas con una facturación superior a los 750 millones y entraría en vigor en el 2020

27 oct 2016 . Actualizado a las 07:46 h.

El ambicioso impulso a la unión fiscal que la Comisión pretende dar con el nuevo impuesto de sociedades made in Europa podría salir muy caro a España: supondría un 0,2 % menos de recaudación tributaria, por encima de 2.000 millones. Tras Luxemburgo (0,95 %) y el Reino Unido (0,37 %), sería el Estado miembro más castigado. Además, para cuando se apruebe, los británicos se habrán ido, con lo que España pasará al segundo puesto del ránking. Así lo recoge el informe de impacto adjunto a la propuesta legislativa, que aunque matiza que son simples estimaciones, muestra una tendencia preocupante.

Lo que aprobó el martes el Colegio de Comisarios y ayer presentó en Bruselas el responsable de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, es la resurrección de la ambiciosa propuesta que fracasó en el 2011 para crear una base imponible común en el conjunto de los 28. No se trata de que todos los Estados tengan tipos nominales de gravamen iguales, sino de que el partido se juegue con las mismas reglas, de que el mismo tipo de ingreso, gasto o inversión, tenga el mismo tratamiento fiscal en España o Alemania.

Para grandes empresas

A priori, afectaría a las grandes empresas con una facturación superior a los 750 millones y la medida entraría en vigor en el 2020. La Comisión liderada por Jean-Claude Juncker ha echado el resto en la puesta de largo de una iniciativa que a su juicio solo tiene efectos positivos. Sin embargo, el informe de impacto país por país evidencia que los beneficios no serán iguales para todos, como es el caso de España, que dejaría de ingresar 6.000 millones en el impuesto de sociedades. Por contra, habría una recaudación extra de 4.000 millones por partidas como impuestos sobre el trabajo (3.000), sobre el consumo (300); bonos y dividendos (500) e impuestos sobre las ganancias de capital (200). Así que el impacto negativo global quedaría en el 0,2%, unos 2.000 millones. En el lado opuesto, Croacia (0,29 % del PIB), los Países Bajos (0,22%) y Bulgaria (0,14 %) serían los más beneficiados por los cambios que planea introducir el Ejecutivo comunitario.