Bankia era un enfermo «inviable»

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA V0Z

ECONOMÍA

SUSANA VERA | REUTERS

El jefe de inspección del Banco de España alertó en correos electrónicos de que la salida a bolsa no evitaría «pérdidas para el contribuyente», anticipando un rescate que costó 22.424 millones

15 oct 2016 . Actualizado a las 09:56 h.

«Dije que no lo diría más... ¿o sí? Pero lo digo: este grupo [BFA-Bankia] no es viable [en el original, en mayúsculas] sin un cambio de control que posibilite una drástica reducción de los costes de financiación y un tijeretazo a los costes de personal. En caso contrario, se acabará malvendiendo el banco cotizado [Bankia], por un lado, y el FROB tendrá que hacerse cargo del banco no cotizado [BFA], por el otro, con un coste para el contribuyente de en torno a 15.000 millones de euros, frente a la opción de coste cero para el contribuyente que supondría que el grupo fuera comprado hoy por una entidad potente y solvente». De esta forma tan contundente advertía a sus superiores en el Banco de España José Casaus, en aquel momento responsable de la inspección en BFA-Bankia, de la bomba de relojería que era la salida a bolsa del grupo con el modelo de doble banco que se había diseñado y que acabó requiriendo un rescate con fondos públicos de 22.424 millones de euros.

El párrafo forma parte de uno de los cuatro correos electrónicos que Casaus envió a sus superiores en abril y mayo del 2011, poco antes de la salida a bolsa de Bankia (en julio), y que desde ayer están incorporados a la causa que instruye el juez Fernando Andreu en la Audiencia Nacional. De hecho, el magistrado tuvo que requerir los correos al Banco de España -que no los aportó con el resto de documentación del caso- después de que Casaus declarara como testigo en septiembre e hiciera referencia a que en ellos había alertado a sus superiores, pese a lo que estos terminaron bendiciendo una salida a bolsa que él anticipó ruinosa para las arcas públicas. Como lo fue.

El inspector resume su diagnóstico de «viabilidad cuestionable» del grupo Bankia en su «debilísima y decreciente rentabilidad» y en sus «muy graves y crecientes problemas de liquidez y solvencia», a lo que añade un «gobierno interno mejorable y gestores desalineados entre sí y desacreditados ante el mercado». Remacha que «son los mismos que han conducido a esta situación y tienen un perfil marcadamente político». Estaba Rodrigo Rato al frente, con un consejo con muchos cargos puestos por los partidos. 

«Merece la pena ser pesado»

«Estoy resultando muy pesado con este tema, pero creo que la trascendencia del asunto es tal que merece la pena pasar por pesado», llega a decirle Casaus en el correo del 14 de abril a su superior y actual director general adjunto de Supervisión del Banco de España, Pedro Comín.

El inspector insiste en repetidas ocasiones en las misivas que el modelo escogido (dejar en BFA el banco malo y sacar Bankia a bolsa) «no es viable» y describe al grupo como un «enfermo» al que no sanará salir a cotizar, aunque de hacerlo, mejor como una sola entidad. «Una salida a bolsa con la estructura de doble banco sin hacer cambios estructurales no funcionará y creará quebranto para el contribuyente», dice, añadiendo que salir al parqué, en su opinión, «solo es una bombona de oxígeno que permitirá cumplir temporalmente con los nuevos requisitos de solvencia», pero que no evitará a medio plazo la nacionalización de BFA y la venta «a bajo precio» de Bankia. Anticipó el futuro. 

Una venta al extranjero

Casaus plantea como «tratamiento para el enfermo» que Bankia «se integre en un grupo (a ser posible extranjero) con suficiente fortaleza financiera». Considera que sería la «solución definitiva y óptima» para «convertir en viable un grupo que hoy no lo es, y con cero pérdidas para el contribuyente». Insiste en que así «no perdería nadie», algo que cree posible, pese a admitir la «dificultad» de encontrar el comprador adecuado. Al respecto plantea que «la opción de reducir el precio de la compra hasta cero podría facilitar la labor». «Otra cosa es que los políticos que gestionan Bankia no quieran explorar esta vía [la venta] para no perder sus poltronas ni su herramienta de financiación».

De hecho, abunda en las durísimas críticas al gobierno interno en su último correo, el 16 de mayo. Denuncia un «consejo muy politizado y poco profesional» y carga contra la «cuestionable honradez de los gestores», que se llevaron un bonus en el 2009 «superior al que les correspondía gracias a corregir el resultado del ejercicio», cuando ya habían solicitado casi 4.500 millones de ayudas.

Estas revelaciones podrían dar un giro al caso y que los grandes inversores institucionales reclamen judicialmente sus pérdidas en la salida a bolsa, como ya han hecho los pequeños ahorradores.