Pescanova lanza un plan de negocio con 125 millones de inversión en cuatro años

m. sío dopeso / r. santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Los accionistas de Nueva Pescanova
La Voz

El mayor esfuerzo de gasto irá para ampliar la capacidad industrial y renovar la flota

30 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Seis meses ha esperado la banca dueña de la nueva Pescanova para tener sobre la mesa el documento que guiará su gestión al frente del grupo hasta el 2020.

El propio presidente de la pesquera, Jacobo González-Robatto, fue el encargado de presentar este pasado martes el documento ante los miembros del consejo de administración, muchos de ellos participantes activos en el guion del plan de negocio.

Lo que va trascendiendo de la estrategia trazada para los próximos cuatro años apunta a una inversión de 125 millones de euros, de los que 65 irán destinados a gastos de mantenimiento de la compleja infraestructura de grupo en la que trabajan 12.000 personas; y alrededor de 60 millones más se destinarán a inversiones generadoras de capital, según explican fuentes cercanas a la empresa.

El equipo de gestión que está bajo las órdenes de Ignacio González -consejero delegado desde febrero y responsable de la estrategia diseñada- dirigirá las mayores partidas de esta inyección inversora la innovación tecnológica y de comunicaciones (software de empresa) y a la renovación de la flota pesquera que faena en Mozambique y Namibia (una partida que superará los 40 millones de euros).

La ampliación de la capacidad de producción de la estructura industrial existente, y la incorporación de alguna nueva unidad de elaboración de productos pesqueros en Europa (probablemente en Francia), absorberá buena parte de la inversión estratégico con la que Pescanova espera aumentar su presencia en el mercado y superar, a la vuelta de cuatro años, los 1.400 millones en ventas, frente a los 1.000 facturados en el 2015, (la previsión para el cierre del 2016 se sitúan cerca ya de los 1.200).

El dinero para gastar procederá en gran medida de la ampliación de capital, programada para antes de que finalice el año, por valor de hasta 350 millones.

Compromiso con el empleo

Paralelamente a la inversión, la rentabilidad de Pescanova en el horizonte del 2020 está supeditada a la aplicación de una reestructuración organizativa, cuya puesta en marcha ya comenzó hace unos meses, pero que se intensificará a lo largo del 2017.

Según lo expuesto al consejo el pasado día 27, el programa a cuatro años requiere de una fuerte reducción de costes. En el horizonte del 2020, la cifra ajustada deberá alcanzar los 35 millones de euros, aunque el mayor esfuerzo del ajuste se tendrá que ejecutar durante los dos primeros años, entre el 2017 y el 2018.

¿Dónde va a meter las tijeras la Pescanova de los bancos? No en el empleo. Ese es el compromiso que asumió a su llegada al cargo Ignacio González. Y eso es lo que aparecería recogido en el documento que conocen los actuales dueños del grupo pesquero. El objetivo no se pone tanto en la plantilla ni en sus salarios, que en este momento están siendo objeto de discusión en el marco de la negociación del convenio colectivo (comprende rebajas salariales de hasta un 40 % para los nuevos contratados), sino en conformar una buena estructura organizativa.

Recorte del gasto

Los puntos fuertes de este plan de ahorro se centrarán sobre todo en lograr la máxima eficiencia posible, tanto de las instalaciones industriales y granjas de cultivo, como del modelo de compras, en donde está previsto un recorte del gasto de más de 17 millones de euros.

Con todo esto, y con un fuerte plan comercial para atacar el mercado nacional y sobre todo el internacional, los bancos dueños de Pescanova se proponen llegar a rozar los 140 millones de ebitda (beneficio bruto de explotación), cuando en el 2015 se situó en tono a los 50 millones, y este año, podría cerrar el ejercicio por encima de los 70 millones de euros.

Un centro de investigación marina para lanzar nuevos productos al mercado

La crisis que ha sufrido Pescanova desde que en el año 2013 fue arrastrada casi a la quiebra por la antigua dirección dejó sin presupuesto a la compañía para innovar y mejorar las presentaciones de sus productos en el mercado.

La marca nunca se ha llegado a resentir en el gran mercado, en donde permanece imbatible en España. Pero lo cierto -y así lo reconoce la propia empresa- es que el complejo proceso concursal en el que ha estado sumido el grupo durante casi dos años no dejó nada en caja para invertir en I+D, la gran asignatura pendiente de la empresa, que los bancos que ahora controla el grupo se han propuesto remediar.

Cultivo sostenible

Es una de las novedades avanzadas a los consejeros esta semana dentro del plan de negocio. En el año 2017, Pescanova pondrá en marcha su propio centro de investigación e innovación biomarina, con la misión de hacer análisis alimenticios de las especies que se procesan en las instalaciones, buscar fórmulas de nuevos productos y hacer estudios de alimentos extraídos del mar bajo el paraguas de la etiqueta «saludable».

La sostenibilidad de especies de cultivo, y la introducción de nuevas especies con potencial para su cría y producción en granjas piscícolas es otro de los objetivos de estas nuevas dependencias que, previsiblemente se instalarán en Chapela, en dependencias de la sede central.

Para ello, Pescanova reclutará personal investigador especializado y, además, habilitará nuevas instalaciones, con un presupuesto que rondará los 5 millones de euros.