Draghi reclama incentivos fiscales y pide mano dura frente al «brexit»

a. l. BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

OLIVIER HOSLET | Efe

Corrobora la voluntad del BCE de mantener su histórica política expansiva de adquisición de activos hasta que la inflación ronde el 2 %

27 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace demasiado tiempo que Mario Draghi se convirtió en el gran líder político de la eurozona. Cuida sus opiniones al extremo. Son muchos sus enemigos y su mandato, muy rígido, deja poco margen para las florituras didácticas. Pero el presidente del Banco Central Europeo (BEC) no se rinde e insiste una y otra vez en llevar su cruzada adelante. Lo volvió a hacer ayer en el Parlamento Europeo, donde dio muchas puntadas y todas, como siempre, con hilo. Para muestra, sus palabras sobre el brexit. Se mojó. Vaya si lo hizo. «Es de suma importancia preservar la integridad del mercado único. Cualquier resultado debe garantizar que todos están sujetos a las mismas reglas», zanjó. Conclusión: que el Reino Unido se vaya olvidando de conseguir una salida a la carta de la UE. Esta declaración no fue un calentón en el turno de preguntas. La llevaba escrita y la leyó de forma clara y pausada. No a los privilegios, no a un brexit a la carta.

Sus palabras sorprendieron a muchos de los presentes. Tanto, que más de uno le preguntó por qué se posicionaba en este sentido. Sonrió y disparó: «No lo digo yo, lo dijeron recientemente los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 en Bratislava. Las cuatro libertades fundamentales son indivisibles: servicios, capitales, mercado y circulación de personas». Touché. La cuestión es clave ya que Reino Unido quiere cerrar sus fronteras a los europeos pero quiere, por contra, mantener el acceso al mercado único de la UE

Ojo, pintan nubarrones

Fueron dos horas de comparecencia en la Comisión de Economía, en la que se trataron infinidad de asuntos. Respecto a la política monetaria pura y dura, corroboró la voluntad del BCE de mantener su histórica política expansiva de adquisición de activos hasta que la inflación ronde el 2 %. El problema es que no se alcanzará hasta el 2018 y el bazuca de Supermario está dando preocupantes síntomas de agotamiento. Es la hora de los países, de que los Gobiernos nacionales apuesten de forma decidida por las «reformas estructurales porque son la única vía de volver al crecimiento sano», dijo el italiano