Pescanova superará los 1.100 millones de negocio en su primer año con la banca como dueña

Manoli Sío Dopeso
m. Sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Eleva la previsión de pérdidas a 35 millones, que neutralizarán en la recapitalización de 350 millones

22 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A tres meses para el cierre del año, Nueva Pescanova ya tiene más o menos una idea clara de cómo van a acabar su primer ejercicio completo bajo la gestión de la gran banca, y el resultado no es del todo malo.

Para empezar, las ventas previstas experimentarán un ligero repunte, hasta aproximarse a los 1.200 millones, 200 más que el año pasado, lo cual es un buen dato, ya que la compañía todavía no ha puesto en marcha el ambicioso plan de negocio con el que aspira a reforzar la marca en el mercado, con nuevas presentaciones y una ofensiva comercial en el extranjero, con EE.?UU. como objetivo preferente.

El negocio acompaña, y también el beneficio antes de impuestos, depreciaciones, intereses y amortizaciones (ebitda), que en 12 meses habrá pasado de 30 a 70 millones, según fuentes conocedoras de las previsiones contables del presente ejercicio.

Pero hasta ahí las buenas noticias. Las cuentas de la sociedad recién salida de un concurso de acreedores y en manos de la banca necesitan una inyección de liquidez para que el grupo sea viable. Los datos avanzados revelan un resultado final del 2016 con pérdidas por valor de 35 millones. La multinacional cerró el 2015 con un resultado negativo de 6,5 millones de pérdidas.

El grupo pesquero, que ahora preside el ex alto cargo del Popular Jacobo González-Robatto, quiere aprovechar esta segunda vida para revitalizarse patrimonialmente, ganar músculo financiero y crecer en el mercado, y lo hará con una ampliación de capital de 350 millones de euros que sus dueños, los bancos, harán efectiva a finales de este año.

El objetivo de la operación es alcanzar cuanto antes un equilibrio en la cuenta de explotación, un curso de crecimiento sano y rentable y una sólida posición patrimonial (los fondos propios, sin capitalización al cierre del 2016 también serán negativos, en 33 millones).

La recapitalización que preparan los bancos, con ciertas dudas por parte de alguno de los socios, consiste en el canje de deuda por acciones de la sociedad. ¿Por qué 350 millones? Una explicación sencilla podría ser que esa es la suma de la deuda concursal que queda.

Pero la operación no está exenta de complicaciones. Los bancos aseguran que ofrecerán participar en la ampliación a Pescanova SA (el viejo accionariado, que tiene un 20 % del grupo), si es que tienen capacidad para ello. 

Cotizar, misión imposible

No lo tienen fácil los antiguos socios, que acaban de presentar cuentas trimestrales con cero beneficios. Porque la única vía de la que dispondrían para poder entrar en la operación sería logrando recursos a través de su vuelta a la cotización.

El consejero de Pescanova Fernando Erce aseguró ayer, durante su comparecencia en la junta de accionistas de la firma, celebrada en Redondela (Nueva Pescanova desautorizó el acto en sus instalaciones de Chapela en horario laboral) explicó que poco más puede hacer ya el consejo de la sociedad, salvo ponerle una vela a la presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez, que, además dejará el cargo el 6 de octubre. «Hemos hecho todo lo que está en nuestra mano para agilizar la vuelta al parqué y hemos respondido en tiempo real a la petición sistemática de información por parte del regulador». Herce aclaró que Pescanova pidió una reunión urgente a Rodríguez antes del verano y lo volvió a hacer hace diez días. «No hemos obtenido respuesta alguna». La suspensión de cotización, ordenada en el 2013, afecta a 9.000 accionistas

La vieja Pescanova rechaza su dilución al 1 % con la ampliación de capital de la banca

Pescanova S. A. dijo ayer no a la propuesta liderada por una parte de su accionariado para encaramarse al consejo de administración y, desde ahí, apoyar la ampliación de capital de Nueva Pescanova (el grupo controlado por la gran banca, en la que los antiguos socios participan con un 20 %).

Fuentes conocedoras de la operación aseguran que esa recapitalización del grupo supondría la dilución inmediata de la nueva Pescanova al 1 o al 2 %.

Tal vez por eso, los accionistas lo tenían claro y no hubo sorpresas en la junta general celebrada en Redondela. Se votaba entre mantener el rumbo opositor a la Pescanova de González-Robatto o buscar un acercamiento aprobando la operación.

Finalmente, los socios siguieron apoyando la labor del actual consejo, que aumenta en número, con dos integrantes más, uno de ellos, representante de los minoritarios; lo que supone un rechazo contundente a la recapitalización. «La traeremos a la junta para votarla, pero no tenemos información. Prevemos que la ampliación con créditos participativos supondría la dilución de Pescanova y eso no sería bueno», afirmó el consejero Eduardo Legarda.

La iniciativa liderada por el fondo neoyorquino Broadbill y por el expresidente de Pescanova Manuel Fernández de Sousa (representado en la junta por su abogada) no logró apoyos suficientes para colocar a dos representantes en el consejo y para poner en marcha un proceso de acercamiento a la banca dueña de Nueva Pescanova, que pasaría por apoyar la ampliación de capital.

«Creemos que hay que analizar la compañía para hacer cosas nuevas, intentar desarrollar nuevos negocios con independencia de Nueva Pescanova, y no creemos que la dilución sea necesariamente mala. A lo mejor, nuestras acciones pasan a valer más que ahora», argumentó el representante de Broadbill, con poco éxito de convicción.

Tras la junta celebrada ayer, el consejo de administración de la vieja Pescanova queda integrado por 7 miembros: Alejandro Legarda, Fernando Herce, Diego Fontán y César Mata (los 4 actuales), a los que se sumaron Carlos Federico Sanz Navarro, César Real Rodríguez y Leopoldo Fernández Zugazabeitia.