El Popular afina la cifra del ajuste, que afectará a 2.800 empleados

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Los sindicatos, molestos con el mutismo del banco, esperan conocer los detalles mañana. Larena ha elegido a Merino para llevar el timón del Banco Pastor

14 sep 2016 . Actualizado a las 11:40 h.

El ajuste que planea el Popular ya tiene talla. La cifra está sobre la mesa del consejero delegado del banco, Pedro Larena, y puede que hoy la conozcan los sindicatos. El banco se reúne mañana con los representantes de los trabajadores y, aunque en el orden del día nada se dice de los recortes -el encuentro es para tratar asuntos relacionados con la jornada laboral y los horarios-, parece lógico que se hable de ello. Al menos eso es lo que sospechan los sindicatos y lo que quieren a toda costa. Máxime cuando la reunión estaba prevista en principio para el 6 de septiembre y se ha pospuesto hasta en tres ocasiones.

Nada ha dicho hasta el momento la entidad que preside Ángel Ron de la magnitud del recorte. «El análisis requiere aún de mayor profundidad y lo detallaremos cuando esté concluido» son las últimas palabras que han salido de la boca de Larena al respecto. Las pronunció ante más de 200 directivos del grupo hace menos de una semana.

Las primeras cifras que se manejaron cuando saltó la noticia, a finales de julio, desvelaban que el tijeretazo afectaría a entre 2.500 y 3.000 empleados del grupo. Ahora están más afinadas. Fuentes sindicales asumen que estará en torno a los 2.800 trabajadores y se quejan del mutismo del banco. Es más, tachan de «absolutamente inadmisibles las formas empleadas» y el «haber tenido que enterarnos por la prensa de los números». Esos que apuntan que el 20 % de los empleados, más de 500, saldrán de los servicios centrales del banco en Madrid, donde trabajan unas 1.600 personas. El resto, se supone que lo tendrá que digerir la red de oficinas. Los trabajadores echan cuentas: el Popular tiene la mayor concentración de sucursales en Andalucía (el 17,2 %), Galicia (14 %) y Madrid (13 %). Ahí es donde todo apunta a que se podría actuar. También en localidades pequeñas, salpicadas por todo el territorio nacional.

Al cierre del año, el grupo contaba con 15.079 empleados, 13.480 en España, y 1.907 oficinas en territorio nacional. En Galicia tiene 270 sucursales y 1.371 empleados (sumados el Pastor y el Popular).

Prejubilaciones

En cualquier caso, y en eso coinciden todos los implicados, no parece que vaya a ser este un recorte traumático. Parece lógico, dicen, que se aplique el mismo patrón de las salidas que trajo aparejadas la compra del Pastor en el 2011. Desde la fusión, un año después, la entidad ha adelgazado en un 17 % su plantilla y reducido el número de oficinas en casi un cuarto.

Prejubilaciones y bajas incentivas son, pues, la vía escogida por la dirección del Popular para soltar lastre y ahorrar 175 millones de euros anuales a partir ya del 2017. A su favor juega el hecho de que en el grupo trabajan unas 2.200 personas con edades comprendidas entre los 55 y los 65 años de edad.

Fernando Merino, nuevo responsable del Banco Pastor, en sustitución de José Manuel Hevia

Estaba visto. La reorganización diseñada por el nuevo consejero delegado del Popular, Pedro Larena, quien sustituye en el cargo al defenestrado Francisco Gómez, hacía pensar en cambios en el Banco Pastor. Y ayer se consumaron.

Hasta Galicia llega un histórico directivo del Popular para llevar las riendas de la filial gallega del grupo. Su desembarco supone la despedida del asturiano José Manuel Hevia, al frente del Pastor desde que se consumó la fusión entre las dos entidades financieras. Hevia se traslada a Madrid para hacerse cargo de toda la red comercial. Esa que sufrirá los rigores del ajuste que planea la entidad y de la que todavía no ha informado con detalle a los sindicatos. Merino llega procedente de la dirección norte, con sede en Pamplona. Era su máximo responsable.

Larena ha aterrizado en el Popular con una idea clara: darle un giro de 180 grados al banco. Y el nuevo organigrama no deja lugar a dudas sobre eso. Se trata de una reorganización histórica «para aumentar la rentabilidad del banco y, por tanto, mejorar igualmente la evolución de la acción». La principal novedad: la creación de cuatro nuevas direcciones generales.