El crédito sigue con el freno echado pese a la salida de la crisis y las barras de liquidez de Draghi

J. A. B. / Colpisa MADRID

ECONOMÍA

Las cifras de junio siguen una tendencia aparentemente preocupante, con una nueva bajada

02 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Sigue faltando demanda solvente o las entidades financieras prefieren aguantar hasta que cambie la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE)? La pregunta la han puesto sobre la mesa los expertos a la luz de los últimos datos del Banco de España, que reflejan cómo el grifo crediticio solo se abre a cuentagotas para el sector privado y, de hecho, la financiación bancaria que recibe no ha dejado de caer desde principios del 2011. En Galicia sí se notó un pequeño repunte en el primer trimestre, pero aún muy tímido.

Las cifras de junio siguen una tendencia aparentemente preocupante, con una nueva bajada del crédito concedido a sociedades no financieras (empresas) y hogares. Resulta, no obstante, el descenso interanual más bajo (-1,2 %) en lo que va de año, con un recorte medio del 1,6 %. Y todo esto, además, mientras la financiación bancaria a las Administraciones públicas continúa recuperándose, creciendo a una media del 3,7 % hasta mayo.

Desde el punto de vista de las empresas, no obstante, el vaso se podría ver medio vacío o medio lleno. Lo segundo sería consecuencia de la extensión del programa de compra de activos del BCE para incluir bonos emitidos por sociedades no financieras. Desde que el plan arrancó el pasado 8 de junio (y hasta el 29 de julio), la institución que preside Mario Draghi había adquirido deuda corporativa por 13.214 millones de euros, con inversiones diarias de las que se han beneficiado sobre todo multinacionales como la cervecera belga Anheuser-Busch, la de ingeniería alemana Siemens, la automovilística francesa Renault, la aseguradora italiana Generali y la operadora española Telefónica, además de las energéticas Repsol e Iberdrola.

Desde Analistas Financieros Internacionales (AFI) y otros institutos apuntan que esa nueva vía de financiación alternativa para las grandes empresas ha hecho que se vayan desbancarizando y, dado que en volumen los créditos que tienen concedidos son mayores que los de las pymes, el resultado es una presión mayor a la caída del saldo vivo del crédito bancario que ya se viene arrastrando más de un lustro.

Desde el máximo histórico que alcanzaron a finales de junio del 2012 los préstamos, la financiación que reciben de las entidades bancarias se ha reducido. Mientras las Administraciones públicas no han dejado de aumentar su crédito, empresas y hogares no han hecho más que bajarlos.