PSA Vigo dispara la instalación en Portugal de nuevos proveedores

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

ÓSCAR VÁZQUEZ

Los lanzamientos anunciados ya han captado en lo que va de año 100 millones de inversión de otras cuatro multinacionales

28 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Allí donde hay una fábrica de coches con planes de lanzamiento de nuevos modelos siempre hay multinacionales de componentes buscando suelo y facilidades para instalarse. Así ha ocurrido en Galicia durante más de 40 años. Cada vez que el grupo PSA (antes, Peugeot Citroën) adjudicaba a Vigo un vehículo, el parque de proveedores crecía un poco más, hasta los más de 100 fabricantes de piezas que ahora componen el clúster de automoción de Galicia (Ceaga).

Pero esta vez no ha sido así. Ni el triple lanzamiento de furgonetas Peugeot, Citroën y Opel que la planta gallega está preparando para finales del 2017, ni el todocamino de la marca Peugeot recientemente anunciado para salir al mercado en el 2020, han conseguido captar la entrada de nuevos proveedores en el entorno de la gran factoría viguesa.

Las inversiones, que las hay, se cuentan ya por centenares de millones, pero se las está llevando Portugal, que no para de engordar su parque de proveedores de componentes de automoción, gracias a su proximidad y buenas comunicaciones con la planta de PSA Vigo, y de su filial lusa, situada en Mangualde, cerca de Lisboa.

Solo en los seis primeros meses de este año, al otro lado de la raia se han conseguido captar 100 millones de cuatro multinacionales del automóvil.

La francesa Eurostyle Systems, que ya tiene varias unidades productivas en el país luso, acaba de anunciar que invertirá 18 millones en dos nuevas fábricas en Viana do Castelo, que en el 2019 habrán generado 100 nuevos puestos de trabajo.

Otro caso: la alemana Saertex, especializada en composites, también va a invertir 3,5 millones un una nueva planta en Viano do Castelo, en donde ya está desde el año 2008.

A estas dos se sumarán Erocast, multinacional portuguesa, que ha anunciado una inversión de 55 millones y la creación de 250 empleos en la región Estarreja (distrito de Aveiro), el mismo lugar en el que Danipack, especializada en plástico, inyectará 20 millones y creará 100 empleos.

Suelo barato, sueldos bajos

El goteo de ampliaciones y nuevos desembarcos de proveedores es constante. Suelo industrial casi regalado, incentivos fiscales a la contratación y mano de obra un 30 % más barata despejan toda duda a la hora de elegir entre uno y otro lado de la frontera. Un caso reciente: Faurecia, multinacional francesa, inauguró el pasado 15 de junio una planta en la región de Braganza en la que ha invertido 40 millones y ha creado 400 empleos. Según datos del Ministerio de Economía luso, los vecinos portugueses recibirán 250 millones de euros, hasta el año 2020, en 11 proyectos de inversión promovidos por multinacionales de componentes.

Más de la mitad de las nuevas localizaciones se situarán geográficamente en el tercio norte del país. Destacan los 50 millones de euros en Vila Nova de Famalicão comprometidos por la multinacional de neumáticos Continental; los 36,7 millones anunciados por la asiática Sakthi para una nueva planta en Maia; o los cerca de 50 millones que suman dos proyectos promovidos por Bosch en Braga para electrónica del automóvil.

En el 2005, el número de auxiliares del grupo que preside el portugués Carlos Tavares asentadas en el norte luso se reducía a 10. Hoy ya hay casi medio centenar a pleno rendimiento (la mitad, de matriz gallega). Pero tal vez lo más significativo es que desde el 2010, año de instalación de las multinacional estadounidense Snop, la automoción gallega ha dejado de atraer inversión extranjera directa.