El bum de fondos lanzadera acelera la maduración de «start-ups» en Galicia

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Inversores privados, grandes empresas y Administraciones ya han inyectado 213 millones en 51 empresas semilla

25 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una aceleradora puede ser la delgada línea que separa un nuevo proyecto empresarial del éxito o el fracaso. Un impulso de entre 10.000 y 100.000 euros, en la etapa embrionaria, puede ayudar a que una idea termine convertida en un negocio rentable, y no en la papelera del ordenador.

A eso es a lo que se dedican las aceleradoras de empresas, un fenómeno en pleno bum, que surgió dentro de la iniciativa privada, en donde el negocio tiene todo el sentido; pero al que cada vez se suman más organismos y Administraciones, con plataformas de apoyo financiadas con dinero público a fondo perdido.

Esta competencia entre inversores se traduce en buenos resultados. Startup Explore, la auditora digital de referencia en el sector, sitúa a Galicia entre las seis primeras comunidades españolas por número de start-ups o, lo que es lo mismo, pymes emergentes de base tecnológica y de rápido crecimiento. Según este registro, en España hay 1.700 firmas que responden a este prototipo de empresa de ámbito global (casi todas nacen internacionalizadas) y 55 de ellas tienen sello gallego. 

Riesgo financiero

Para estas empresas semilla, el riego financiero es vital. Pero no el de los bancos, porque apenas tienen negocio al que agarrase ni ningún otro tipo de activo, que no sea el talento de los emprendedores. Este es el terreno de las aceleradoras de empresas.

En España hay 100, según el cómputo de Startupxplore, de las cuales 6 están apoyando iniciativas emprendedoras en Galicia. Entre las más activas, ViaVigo, promovida por el Consorcio de la Zona Franca de Vigo; la coruñesa Zarpamos, con 100 % capital privado; o Galicia Open Future, la aceleradora de Telefónica.

En el último año se produjeron 51 inversiones individuales en start-ups gallegas (1.527 en toda España), un 7,8 % más que en el 2014.

Más acusada aún es la evolución en el volumen económico de estas inversiones, que superaron los 213 millones de euros, (2.939 millones, en España) tres veces más de lo que este sector movía hace dos años. Son datos hechos públicos por la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (ASCRI), antigua asociación del capital riesgo en España. 

Capital 100 % privado

Manuel García es emprendedor desde hace más de 25 años, siempre en proyectos basados en Internet o telefonía móvil, con trabajos propios como OnCurso, Gestko, España y Galicia en Coworking, entre otros. En diciembre del 2012 fundó Zarpamos, la primera Aceleradora de start-ups de Galicia. 

«Somos la única de capital 100 % privado. No recibimos ninguna Ayuda por parte de ninguna Administración, ya que no somos una empresa pública ni participada por alguna Administración», afirma el CEO de la empresa, con sede en A Coruña.

«Participamos como socio industrial o invirtiendo, desde cero a 100.000 euros, somos el capital semilla normalmente. Dependiendo del proyecto, podemos acompañar en otra ronda, pero siempre y cuando podamos aportar otra cosa, que no sea dinero», explica. Zarpamos tiene en estos momentos entre manos 8 empresas capitalizadas y más de 100 proyectos analizados.

Manuel García asegura que hay espacio para todos, también para las aceleradoras impulsadas por la Administración. «No es competencia, los que van a la parte pública no son nuestro objetivo, porque no tienen objetivo de negocio medible, ni retorno de la inversión», dice el empresario coruñés.

«Participamos como socio industrial o invirtiendo, desde 0 a 100.000 euros»

Galicia está entre las 6 primeras comunidades de España por número de «start-ups»

El sector público, muchas operaciones, pero menos dinero

Hay muchos tipos de aceleradoras, pero casi todas cumplen con una premisa básica: coger a la start-up en su etapa casi inicial y ayudarla en la configuración de su modelo de negocio, su estrategia de captación de clientes, sus posibilidades de crecimiento e incluso el proceso de captación de financiación.

De entre todo este amplio ecosistema de inversores, destaca el papel que juegan las entidades públicas, tanto nacionales (como el CDTI o la ENISA) como regionales (ICF; IVACE, XesGalicia, SPRI, Seed Capital).

Según el informe de la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (ASCRI), el sector público concentró el 56 % de las operaciones de inversión en start-ups a lo largo del 2015, por encima de las aceleradoras (un 26 %), de los fondos nacionales (19 %) o los internacionales (4 %). Pero esta movida actividad no se ve reflejada en un porcentaje mayoritario en términos financieros. Según esta memoria, las firmas de capital riesgo aportaron más de 300 millones, más de un tercio del dinero que han recibido las start-ups españolas. ViaVigo, la aceleradora del Consorcio de la Zona Franca y la Xunta de Galicia se sitúa entre las iniciativas públicas más dinámicas. Acaba de seleccionar 40 proyectos de las casi 200 presentados, para pasar a la segunda fase de la última convocatoria.

Estas cuarenta ideas abarcan campos que van desde la agricultura y la alimentación, a la educación, pasando por el comercio electrónico o el textil.

Cada uno de los diez proyectos que lleguen a la fase final, podrá contar con una subvención a fondo perdido de 25.000 euros por parte de la Axencia Galega de Innovación; de hasta 50.000 euros a través de la sociedad de capital riesgo Vigo Activo; y de hasta 50.000 euros mediante préstamo reembolsable a través de la sociedad de capital riesgo XesGalicia. En total, se movilizará un capital de 1,25 millones.