No sin mi Zara

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La movilización de trabajadoras, vecinos y Ayuntamiento lleva a Inditex a dar marcha atrás al cierre de una tienda en Palencia

22 jun 2016 . Actualizado a las 07:21 h.

Palencia conservará su tienda de Zara. Así se lo confirmaron ayer los representantes del departamento de recursos humanos de Inditex desplazados a la ciudad a las 21 trabajadoras del único establecimiento palentino de la enseña, que durante las últimas dos semanas lideraron la movilización social para evitar un cierre anunciado para el próximo 26 de julio.

Y es que desde que la semana pasada se conocieran las intenciones de la empresa, la marcha del imperio textil gallego se convirtió casi en una cuestión de Estado en Palencia, en la que se involucró hasta el alcalde, Alfonso Polanco (PP). Cuando le llegaron las primeras noticias del cierre, el regidor llamó a la sede central de Inditex en Arteixo, donde le justificaron la decisión por el desacuerdo con el dueño del local para la renovación del contrato de alquiler. Polanco habló con el propietario del bajo, un conocido empresario de la ciudad y, con su mediación, finalmente se llegó a un acuerdo económico que permitirá la continuidad del establecimiento en el mismo local que ocupa ahora. Desde el gabinete de la alcaldía defienden que es la misma política que han seguido con otras grandes empresas radicadas en la ciudad y que, más allá de los 21 empleos, el cierre de Zara supondría un mazazo para el comercio local.

Mientras se negociaba en los despachos, las trabajadoras de Zara en Palencia, ante el escenario de quedarse en la calle o aceptar un traslado a la tienda más cercana, en Valladolid, jugaban la baza de la presión mediática. Empezaron con una carta abierta al fundador de Inditex, Amancio Ortega, al que recordaron que «Zara se estableció en Palencia a principios de los 80, cuando esta marca no era más que el germen de un joven empresario que ni siquiera podía alcanzar a entender en qué se iba a convertir su pequeño proyecto» y ante el que mostraban su perplejidad por que «un proyecto ganador y exitoso que funciona bien en todo el mundo, de la noche a la mañana sea un fracaso en Palencia».

Tras la carta llegó la recogida de firmas, tanto en las calles como a través de Internet. En apenas una semana recogieron más de siete mil apoyos.

Con toda esta presión política y social, y solventado el asunto del alquiler, la multinacional ha acabado por reconsiderar su decisión aunque, fiel a su costumbre, ayer declinó hacer comentario alguno al respecto.