Cláusulas suelo y test de estrés ponen a prueba la resistencia de la banca

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

El golpe de la retroactividad total en cuentas ya debilitadas puede forzar más fusiones

20 jun 2016 . Actualizado a las 07:18 h.

Julio va a ser un quebradero de cabeza para la banca española. Al cierre de los test de estrés, en los que el Banco Central Europeo (BCE) obliga a incluir -dentro del escenario adverso- el impacto de la retroactividad total de las cláusulas suelo, se sumará el día 12 el dictamen del abogado general (equivalente al fiscal) ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre si procede o no devolver todo el dinero cobrado a los clientes por dichos límites a la bajada de tipos en sus hipotecas. En un escenario desfavorable, los retos para el negocio bancario se multiplican. A continuación se analizan los principales.

Cláusulas suelo

La espada de Damocles. Las conclusiones del informe conocido el viernes, en el que la Comisión Europea y el BCE recomendaban a la banca prepararse para la retroactividad total, hace temer un nuevo revés de 7.600 millones -según los cálculos del Banco de España- que debiliten aún más las ya vulnerables cuentas del sector.

Tipos de interés

Del cero al negativo. Los tipos, en negativo por primera vez, han venido para quedarse bajos -y mucho- un tiempo. El sector estima que no subirán hasta, al menos, el 2018, lo que estrangula sus márgenes y complica enormemente ganar rentabilidad.

Crédito

No crece. Aunque el presidente de la patronal bancaria (AEB), José María Roldán, avanzó esta semana, durante el curso de verano ¿Qué hemos aprendido de la crisis?, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), que esperaba que la caída del crédito concluyera este año, las empresas y familias aún no han reducido lo suficiente la deuda contraída en la burbuja. Y el crédito es el pilar del negocio bancario tradicional. 

Hiperregulación

Incertidumbre y rentabilidad. La avalancha de regulación que pretende reforzar al sector frente a una nueva crisis ha impactado directamente sobre la rentabilidad de la banca, al elevar las exigencias de capital. «Estamos en un entorno regulatorio preocupante, por cambiante, es decir, no está estabilizado, aunque nos digan que sí. Yo no las tengo todas conmigo sobre cómo va a acabar», resumía en el mismo foro de la UIMP el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu.

Sobrecapacidad

Exceso de oficinas. En un escenario en el que los márgenes caen, el crédito no crece y el negocio no es rentable, las entidades no tienen más salida que reducir costes, es decir, capacidad: oficinas y empleos.

Fusiones

Más concentración. Por las razones ya expuestas, con un pastel cada vez más pequeño, se impone reducir comensales, es decir, la banca, que ya realizó un intenso proceso de concentración en la crisis, que está abocada a otra oleada de fusiones. Tanto la AEB como el Banco de España insisten en que aún hay margen y que servirá de palanca para conseguir sinergias y mejorar las marchitas rentabilidades. La parte negativa está en el riesgo de oligopolio, además del incremento del desempleo y la exclusión financiera en determinadas zonas.

Guerra comercial

Adiós a las comisiones cero. La menor competencia en el sector podría tener efectos negativos para los clientes, algo de lo que alertó el presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), José María Marín Quemada, y traducirse en tipos más altos en los créditos y cobrar por los depósitos. Esto último ya está ocurriendo en la banca europea, donde se está disparando la demanda de cajas de seguridad. Y a lo anterior se suma el discurso creciente (AEB y Banco de España) de que los clientes deberán acostumbrarse a pagar por los servicios bancarios. Las comisiones cero serán pasado.

Transformación digital

La oportunidad. Oportunidad o pesadilla. La competencia de las fintech se concentra, de momento, en nichos de negocio concretos, como medios de pago o créditos al consumo. Pero su irrupción es imparable, lo que obliga a la banca a acelerar su transformación digital y ampliar canales y oferta a sus clientes.

Mala reputación

El coste de los escándalos. Cláusulas suelo, preferentes, sueldos y prejubilaciones millonarias y el mismo rescate han herido de gravedad la reputación de la banca. Recuperar la confianza del cliente será otro reto vital.