«La compra de Albo no cambia nada, ni en el producto, ni en el empleo»

Manoli Sío Dopeso
m. Sío Dopeso VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Anuncia, tras poner en un banco de Vigo los 61 millones por la conservera: «Vamos a dar un empujón internacional»

08 dic 2022 . Actualizado a las 18:12 h.

«Da mucha pena, pero ha sido una buena operación, hemos tenido mucha suerte». Así de satisfechos se mostraban ayer, a la salida de un céntrico hotel de cinco estrellas de Vigo, los 62 accionista de Hijos de Carlos Albo. Desde las 11 de la mañana hasta pasadas las dos de la tarde, uno a uno firmaron la transacción del 100 % de los títulos de la conservera a Shanghai Keichuang Deep Sea Fisheries, la pesquera china (especializada en atún) filial de Shanghai Fisheries General Corporation, a 1.694,44 euros por cada una de las 36.000 acciones. Con el talón de 61 millones de euros recién depositado en una oficina viguesa de Abanca, Xie Feng, el presidente de Shanghai Keichuang y nuevo dueño de Albo (será el consejero delegado), rompe con las etiquetas de opacidad y hermetismo que envuelven a la gran mayoría de las inversiones chinas en España, y explica con detalle esta operación.

-Ahora que Albo ya es de su propiedad, ¿qué les puede decir a los trabajadores? ¿Cuál es su mensaje hoy? Les gustará saberlo.

-Cuando estuvimos despidiéndonos de los antiguos dueños de la conservera, hace un rato, apenas unos pocos minutos, les agradecimos la oportunidad que nos habían ofrecido para ser desde hoy los propietarios de Albo. ¿Qué va a suponer eso? En respuesta a su pregunta, no habrá cambios de recursos humanos. Los equipos de gestión y producción de Albo no se han tocado, ni se han cambiado.

-¿Garantiza todo el empleo (hay 229 trabajadores)?

-Usted, a través de su medio, puede transmitir tranquilidad y absoluta confianza en que, así como todo el sistema de gestión y producción se va a mantener, todos los trabajadores van a permanecer en su puesto, tal y como ha ocurrido hasta ahora.

-¿Y el consumidor? ¿Va a percibir en algo que Albo es ahora de una multinacional china?

-Se lo explico de forma sintetizada: hay tres cosas en las que no va a haber cambios con nuestra llegada. La primera es la calidad del producto Albo. La gran marca y su gran prestigio en el mercado no cambian. En segundo lugar, la forma de producción, y de hacer mercado y márketing tampoco sufrirán variación alguna. Son decenas de años de una cultura de producción , y eso no se modifica. Y, en tercer lugar, el capital humano que existe tampoco va a cambiar.

-¿Y qué es lo que sí va a cambiar, además de la titularidad de la empresa?

-Tenemos un reto, es nuestro gran desafío: Albo ha sido y es una conservera muy sólida en España, pero le falta un empujón y un despliegue hacia el mercado internacional, que es lo que pretendemos hacer. Esa calidad de marca premium que tiene en España tiene que ser mucho más conocida fuera. Y tiene que ser muy bien aceptado en el mercado internacional.

-¿Cuál es el plan de negocio de Shanghai Keichuang en Galicia? Han desembolsado 60,9 millones en la compra. ¿Cuánto prevén invertir, y en que plazos, para esa ofensiva internacional?

-Acabamos de adquirir la compañía y de formalizar el intercambio de accionariado. Ahora entramos en una fase de transición. Nuestra prioridad en esta primera etapa en la conservera es la estabilidad y la consolidación del producto en el mercado español. Esta estabilidad nos permitirá tener las condiciones que necesitamos para hacer una buena planificación posterior hacia la expansión internacional. El negocio está calculado pero, de momento, no podemos avanzar esas cifras.

-No cambia la marca Albo, ni la imagen, ni los productos, pero ¿cambia el nombre de la empresa o la sede social?

-No, no se cambia nada. La única diferencia es que los propietarios somos otros.

-Hay más conserveras en venta, y Shanghai Keichuang estudió otras posibilidades antes. ¿Por qué quisieron Albo?

-Albo es una marca muy acreditada y de prestigio. Por eso nos fijamos, por ese bagaje y esa credibilidad histórica. Pero, además, somos una compañía especializada en la pesca de atún, por lo tanto esta estrategia de unión que acabamos de cerrar es, en realidad, una consolidación de fuerza para nuestra compañía.

-¿Han identificado otros objetivos dentro o fuera del sector para invertir en Galicia?

-Vamos a concentrarnos en hacer una nueva Albo con los objetivos de internacionalización y crecimiento que tenemos, porque esa es nuestra estrategia inmediata. Somos una compañía especializada y centrada solo en esta línea de negocio. Desde luego, no estamos pensado en este momento en cualquier otra especialidad que no sea la nuestra.

-Hoy [por ayer] ha cesado el consejo de administración de Albo en pleno. ¿Quién va a estar al frente de la conservera a partir de ahora?

-Como nuevos propietarios, sí que vamos a hacer una reestructuración del consejo de administración, como es lógico. Esto no quiere decir que el núcleo de la gestión y de la alta dirección va a cambiar en relación a lo que ha existido hasta ahora, pero sí en la parte más alta de la organización. El consejero delegado de la conservera seré yo en persona.

-¿Eso supone que va a tener una presencia activa en la compañía, y en Galicia? ¿Asistirá personalmente a los consejos?

-Efectivamente, por eso mi próxima entrevista con su medio espero que sea ya en español [se expresa solo en chino].

El comprador abre la senda a la llegada de más capital asiático al sector pesquero gallego

Faltaba poner el dinero, y ya está en el banco. Shanghai Keichuang Deep Sea Fisheries ya es dueña de la conservera viguesa Hijos de Carlos Albo, aunque no fue este su primer objetivo en Galicia. Antes de lanzarse a por esta firma, la pesquera asiática tanteó opciones de compra del 40 % de Jealsa Rianxeira y también sondeó posibilidades en Garavilla,

Finalmente, asesorada por Albino Morán & Partners, la veterana firma de brokeraje vinculada a Galicia, la operación culminó con éxito para ambas partes. También para los vendedores, porque la valoración de la compañía ha superado las mejores expectativas. 

La auditoría realizada por BDO tasa el valor en libros de los activos de Albo en 42 millones y calcula un pasivo de 7,7 millones. Frente a estas cifras, el grupo se ha vendido por 61 millones, una suma de la que los antiguos dueños se siente muy satisfechos.

¿Y para qué? El interés de Shanghai Kaichuang (uno de los grupos de pesca más grandes del mundo) en la conservera gallega radica en que los chinos quieren hacer crecer el negocio de Albo en el exterior, dado que actualmente la firma solo obtiene en la exportación poco más del 4 % de su cifra de negocio total.

De hecho, fuera de España la empresa gallega solo tiene presencia comercial en Suiza, Libia, Puerto Rico, República Dominicana y México. Sin embargo, el holding chino también quiere hacer crecer el negocio en España para aprovechar las sinergias que puedan surgir tras la compra. 

Más compras

Albo es una de las enseñas más reconocidas del mercado. El negocio conservero y de platos preparados supone alrededor del 98 % de sus ventas anuales, que ascendieron a 84,4 millones de euros en el 2014 (últimas cuentas publicadas). La compra cerrada ayer en Vigo es solo una muestra del interés que suscita un sector que, pese a su atomización, es líder de marca en el mundo, y atraviesa uno de sus mejores momentos en cuanto a ventas y empleo.

Fuentes de esta industria aseguran que se avecinan más operaciones del estilo, protagonizadas por grandes consorcios de origen asiático, que llevan meses tanteando posibilidades. Será, en todo caso, la continuación de un lento pero imparable proceso de concentración del sector en Europa en manos de grupos inversores, al que hasta ahora, y a excepción de algunas operaciones, Galicia se mantenía al margen.