El astillero vigués Vulcano activa un ERE que prolonga tres meses su lucha por la supervivencia

m. sío dopeso, L. C. Llera VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Oscar Vazquez

Solo la venta de un ferri a medio construir evitará su cierre

02 jun 2016 . Actualizado a las 09:14 h.

Factorías Vulcano lleva meses reviviendo la pesadilla que la llevó en enero del 2011 al concurso de acreedores. La diferencia es que ahora no son las deudas las que ahoga al astillero vigués, sino la falta de trabajo.

No entran barcos nuevos desde hace más de 2 años, pero tampoco otros pedidos, como estructuras metálicas, que le han permitido ir tirando en los últimos meses, como una rampa para la terminal de vehículos de la Autopista del Mar, en el puerto de Vigo. La empresa se aferró como a un clavo ardiendo a las palabras de la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, que situaba a Vulcano como favorito para la adjudicación de los panales de la obra de ampliación del puente de Rande.

A día de hoy, ese pedido parece tener otros destinatarios (Dizmar, Emesa, GMetal), aunque nadie lo confirma, y esa situación de incertidumbre acelera el corazón de la dirección y de los trabajadores del astillero. Ambas partes, de mutuo acuerdo, acaban de aprobar un expediente de regulación de empleo temporal por un período de tres meses que es, en el peor escenario, el tiempo que le queda de vida a Vulcano.

Queda un último cartucho, encontrar un armador para un ferri, propiedad del Santander, que lleva casi dos años en las gradas de Teis (Vigo) a medio construir. Vender el buque no debería de ser una tarea muy difícil, pero la suerte no parece acompañar al astillero, para el que las puertas a nuevas contrataciones parecen cerradas con silicona.

José Luis Méndez, director general de Vulcano, trata de manifestar una actitud positiva, ante la adversidad. «El astillero no va a cerrar dentro de tres meses. Tenemos un ferri en las gradas que vamos a vender, porque hay varios armadores internacionales. Es verdad que se negocia desde hace tiempo, pero estas cosas no son fáciles», afirma.

Todos en el mismo barco

Méndez tampoco da por perdida del todo la obra de Rande, pero de sus palabras se deduce que no hay mucho que hacer ahí. «Nosotros presentamos una oferta y, oficialmente no tenemos confirmación de que ya haya sido adjudicada», dice. «Es cierto que es un contrato que nos venía bien, y en el que teníamos mucho interés porque nos activaba el trabajo de manera inmediata. Pero si no sale, aún tenemos la opción del ferri», explica. Méndez y su equipo de dirección se reunirán esta mañana con los trabajadores (87 en nómina, 30 de ellos mayores de 55 año) para hablar de presente y de futuro. Un futuro que el comité de empresa no alcanza a ver. «Si es verdad que la obra de Rande ya está adjudicada, lo vemos negro, porque lo que nos permitía esa obra era ganar tiempo para conseguir vender el ferri», afirma José Antonio Fernández, máximo representante de los trabajadores de Vulcano. «Llega un momento en que al comité de empresa ya le cuesta que la plantilla confíe en él», afirma preocupado.

Factorías Vulcano, propiedad de la familia Domínguez, fue condenado por la Audiencia Provincial de Oviedo, en julio del 2015, a pagar 25 millones por la quiebra de su filial en Asturias, Astilleros Juliana, hoy propiedad de Armón.