Fondos de inversión toman posiciones para comprar las fábricas de Alcoa

M. G. B. VIVEIRO / LA VOZ

ECONOMÍA

Pepa Losada

Hay dudas de que la multinacional pueda cerrar una hipotética venta antes de que haga la puja eléctrica

27 may 2016 . Actualizado a las 10:32 h.

Representantes de fondos de inversión extranjeros que han operado en la adquisición de empresas afines al aluminio en los últimos tiempos están testando las instalaciones de las tres fábricas que Alcoa tiene en España: las San Cibrao y A Coruña en Galicia, y la de Avilés en Asturias. Las visitas permiten a estos inversores, cuya identidad protege un contrato de confidencialidad, comprobar el estado y la viabilidad de las instalaciones (la planta de A Coruña adolece de una necesaria inversión para ponerse al día), y se incluyen dentro de un proceso abierto por la aluminera que puede concluir con la venta de los tres centros o con la entrada de nuevos socios. Porque fuentes de Alcoa insistían ayer que todas las posibilidades están abiertas.

La ronda la inició el grupo industrial Atlas -con su división española Aladium- hace unas semanas, y ayer al menos las fábricas gallegas recibían la tercera de estas visitas que Alcoa sigue manteniendo que forman parte del estudio estratégico para evaluar la viabilidad y eficacia de los tres complejos industriales. Se espera la llegada de un cuarto grupo de posibles inversores, sin fecha aún. Con el banco de negocios Goldman Sachs actuando como asesor de esta operación, diversas fuentes afirman que el proceso «aún está muy verde». De hecho, José Manuel Gómez de la Uz, presidente del comité de empresa de la fábrica asturiana, cuestionaba que el proceso se concluya antes de que se realice la subasta de interrumpibilidad anunciada inicialmente para el próximo mes de septiembre. «Parece claro que Alcoa quiere deshacerse de las fábricas en España, incluyendo incluso su joya de la corona, San Ciprián. Que quiere liquidez, pero ¿quién puede comprar sin saber si va a poder operar al año siguiente?», señaló. 

El precio de la energía, clave

Aludía así al desconocimiento sobre cuál será el precio que las fábricas van a tener que pagar en el 2017 por la energía para producir aluminio. De hecho, el mariñano José Luis Combarro, miembro del llamado comité europeo de Alcoa, reiteraba que «estos movimientos no nos cogen desprevenidos a nadie después de la subasta del año pasado, cuando la empresa ya dijo que iba a hacer un informe de viabilidad de las fábricas, tanto de la parte económica como de la productiva; pero se habló de la segregación pero nunca se nos dijo nada de vender».

Los asturianos esperan conocer «algo más» en la reunión que mantendrán hoy con el consejero de Industria del Principado, «que parece que sabe más con nosotros», y al igual que los comités de A Coruña y San Cibrao quieren que «lo que venga, si viene, sea un grupo con un plan industrial y de inversiones y no a especular». Una reunión similar, pero con el presidente de la Xunta, quieren celebrar los comités de las fábricas de A Coruña y San Cibrao, pendientes también de que se confirme un encuentro con el presidente de Alcoa España, Rubén Bartolomé.

En A Coruña, mientras, representantes del comité de empresa recabaron el apoyo del PSOE en un búsqueda de un bloque político de apoyo. El presidente del comité, Juan Carlos López Corbacho, indicó que en este momento la factoría se encuentra al 70 % de su producción con algo menos de 400 trabajadores. Confirmó la inquietud de la plantilla y lamentó el silencio informativo que mantiene la dirección.

Solo la suiza Glencore se interesó por la planta de Italia, sin vender

Las últimas operaciones que Alcoa hizo en España con sus plantas de laminado y transformación, en Amorebieta (País Vasco) y Alicante, le salieron bien a la compañía americana. Pero no ha ocurrido lo mismo con la italiana de Portovesme, que lleva tres años a la venta sin encontrar comprador alguno. Varias fuentes aseguran que en todo este tiempo solo el grupo suizo Glencore hizo «algún amago de interés», pero se quedó ahí. La fábrica, con un sistema de producción parecido al de San Cibrao, está un proceso «casi de desmantelamiento, solo quedan 25 o 30 trabajadores en labores de mantenimiento, el resto de la plantilla ya ha finiquitado», dicen esas fuentes. Y de nuevo está detrás el recibo eléctrico. «En Italia el problema fue la energía, y en España el problema es el mismo», agregan.

Con demasiadas incógnitas por despejar sobre el futuro de las plantas de Alcoa y la producción del aluminio en España, ayer recordaban en San Cibrao que la fábrica de A Mariña fue en el 2015 la tercera más rentable del grupo a nivel mundial, y que cerró ese ejercicio con 71,1 millones de euros de beneficios. «Se co prezo da enerxía está dando beneficios, o importante é que a decisión que se tome non sexa traumática», apuntaba el alcalde de Xove, Demetrio Salgueiro.