Análisis de la situación en la que se encuentra la multinacional con más de 2.000 trabajadores en España
26 may 2016 . Actualizado a las 07:22 h.Primero. Alcoa desea vender sus fábricas de A Coruña y de Avilés desde hace tiempo ya, años, esto no supone novedad alguna; lo hemos publicado en este periódico en diversas ocasiones cuando se acerca cada final de año y se vuelve a hablar de la subasta eléctrica; tiempo atrás se anunció incluso la posibilidad de cierre y la venta se vio entonces como una buena opción.
Segundo. ¿Qué es lo nuevo? Que ahora añade la planta de aluminio primario de San Cibrao a este paquete (la de alúmina queda al margen) para hacerlo más atractivo y despertar así el interés de posibles compradores, que alguno o algunos en principio hay, ya sea un fondo de inversión, como Atlas Holding -y el grupo que ellos mismos crearon para gestionar las plantas de Amorebieta y Alicante, Aludium- u otros.
Tercero. Insisten en que se trata de una estrategia puramente empresarial. La multinacional está separando su línea de negocio: por un lado las plantas de aluminio primario ahora en venta (con alto coste y con los chinos intentando copar además el mercado); por otro, el aluminio como producto semiacabado que genera valor añadido (en la construcción, en el transporte y sobretodo en la aeronáutica) y que será la apuesta con Arconic.
Cuarto. El coste de la energía y la subasta eléctrica siempre están ahí presentes y pesan como una losa en la producción y facturación de Alcoa; el consumo supone más del 40 % de su gasto y, por tanto, lo condiciona todo, también esta operación empresarial.
Quinto. Es probable que la situación de indefinición que vive España con un Gobierno en funciones no influya decisivamente en esta operación, vamos a creer, pero sí es cierto que el enredo político -con dos campañas electorales por delante- puede complicarla más. s auditores haciendo su trabajo, y el comprador o posibles compradores, aguardando.