El naval gallego acusa falta de personal tras años de paro y fuga de especialistas

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

ANGEL MANSO

La patronal del sector lanza un plan urgente para resolver las carencias en varios oficios

10 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante los años de vaciados de las gradas en los astilleros gallegos, miles de trabajadores del naval se vieron abocados al paro, a la emigración y a la reconversión hacia otros sectores con mejores perspectivas. Las escuelas de ingeniería naval padecieron acusadas bajadas de la matrícula, ante las escasas expectativas de ocupación. Ahora, con la recuperación de la actividad que se avecina y pese a que aún hay centenares de empleados que aguardan regresar a las factorías, las empresas ya han comenzado a detectar dificultades para encontrar a personal cualificado y ajustado a sus demandas.

En algunas de las disciplinas del sector naval, como la soldadura, se precisan homologaciones, que son acreditadas por sociedades de clasificación, y que tienen un período de caducidad. Muchos de los trabajadores que fueron expulsados del mercado laboral -principalmente en los años 2012 y 2013- ya no tienen esas homologaciones en vigor. Otros buscaron en factorías europeas -en muchos casos, holandesas- y sudamericanas la oportunidad laboral que no les proporcionaban los astilleros gallegos y otro grupo tiró la toalla del naval para buscar faena en otros segmentos.

El contrato recién firmado por Navantia con la Armada de Australia para la construcción de dos buques de aprovisionamiento de combate servirá de acicate para el empleo en el sector, que volverá a precisar de un amplio abanico de oficios para llevarlo a cabo. Por ello, la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime), que ha detectado hace tiempo esa necesidad, ha presentado a la Xunta un ambicioso plan formativo destinado a cualificar personal en especialidades navales -tubería, calderería, pintura, mantenimiento y montaje mecánica y soldadura oxigás y MIG-MAG- y también en el sector de la eólica marina, que está materializando dos obras en el astillero de Fene.

De hecho, Windar Renovables, socio de Navantia en los dos contratos de fabricación de componentes eólicos para Iberdrola y Statoil en la antigua Astano, ha tenido que formar a personal en el tipo de soldadura que se utiliza en estos pedidos -la de arco sumergido- en sus instalaciones asturianas, aunque continúa padeciendo problemas para incorporar a personal. Las acciones formativas diseñadas por Asime también contemplan unas específicas para la eólica marina para cualificar a unos 150 alumnos, con un presupuesto total de 310.000 euros.

Las dificultades para encontrar personal cualificado del naval son más acentuadas en unas profesiones que en otras. Lo sabe bien José Ramón Franco, dueño del grupo Intaf. «El problema que tenemos es que hay poca gente accediendo a algunas disciplinas, como sucede en el mundo de la mecánica y eso hace que después haya oficios descubiertos, como los torneros, fresadores y ajustadores. Tampoco hay ingenieros mecánicos», afirma.

Ferrol, con una de las tasas de paro más altas de Galicia, dispone de un año para formar o actualizar a personal en todo tipo de trabajos, ya que el próximo verano arrancará la construcción de los dos barcos australianos.

Navantia desechó fabricar el buque de Gas Natural para volcarse en los petroleros

El proyecto de construcción en los astilleros públicos españoles de un barco gasero para Gas Natural fue enterrado definitivamente por la empresa pública española para decantarse por la fabricación de los petroleros que acaba de empezar a fabricar en alianza con la factoría coreana de Daewoo. El compromiso de realizar el buque, que llegó en plena tormenta política tras haber quedado excluida Navantia de la fabricación de cuatro barcos gaseros para la mencionada compañía, suscitó la creación de una comisión de trabajo entre Gas Natural, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) -accionista de la empresa pública-, la naviera Knutsen y la compañía naval.

Fuentes del sector aclaran ahora que, pocas semanas antes de que se produjese a la firma del contrato, Navantia decidió rechazar este pedido, que iba a suponer la vuelta de los astilleros públicos españoles a un mercado, el de la construcción de barcos metaneros, del que llevaba excluido más de diez años.

No se hará, por el momento

El conocido como quinto gasero no se fabricará por el momento, ya que Gas Natural ha reordenado su flota para atender sus necesidades. No obstante, después de que la caída del precio del petróleo haya supuesto un descenso en el número de órdenes de construcción de buques gaseros en todo el mundo, en el sector se da por seguro que a partir de finales de este año se reactivarán los pedidos de fabricación, por lo que sería posible que la compañía volviese a licitarlo.