El Banco de España presiona con más provisiones para acabar con la guerra del crédito barato

J. M. C. / Colpisa MADRID

ECONOMÍA

El supervisor ha introducido algunos cambios en la circular que regula las reservas de dinero

07 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La comercialización de créditos con intereses en mínimos históricos, una lucha que parte de los bancos mantienen en los últimos meses para hacerse con mayor cuota de mercado, puede encontrar una barrera con la nueva normativa contable aprobada por el Banco de España en materia de provisiones. El supervisor ha introducido algunos cambios en la circular que regula las reservas de dinero que tienen que hacer las entidades para afrontar créditos con problemas de impago. Y en el caso de los concedidos a pérdidas -como se les denomina habitualmente-, tendrán que reconocer que asumen una pérdida -se anotarán un gasto en sus cuentas- si el precio de esa transacción se sitúa por debajo del valor razonable. Lo harán de forma automática si el diferencial aplicado es «observable» o podrán hacerlo de forma diferida en el tiempo, en caso contrario.

La medida, entre otras recogidas en la circular que ayer publicó el BOE y que entrará en vigor el 1 de octubre, se enmarca en un contexto comercial en el que muchas entidades rebajan los diferenciales para atraer a nuevos clientes o retener a los que ya tienen. Desde el Banco de España sostienen que existe una realidad, la de la competencia entre los bancos, y otra diferente «que es hacer trampas». Fuentes de la institución aclaran en que «no se trata de impedir que los tipos de intereses bajen», sino de que la concesión de este tipo de préstamos «se haga teniendo en cuenta la sana transparencia» y que «no se practique el dumpin, esto es, vender a un precio más bajo de lo que cuesta.

Para evitarlo, la normativa del Banco de España ha reorganizado las categorías de activos tóxicos con las que cuentan las entidades. De hecho, ha incluido una nueva denominación, la de créditos con «vigilancia especial» que se sitúa entre los productos normales -aquellos que no corren riesgos- y los dudosos, además de los fallidos. El nuevo paso intermedio permitirá al supervisor analizar los créditos que puedan otorgarse por debajo de coste no tanto para rebajar su calificación, como para «ser objeto de una especial vigilancia».