Medio año perdido en el campo gallego

Xoán Ramón Alvite Alvite
xoán ramón alvite REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

miguel souto

El acuerdo lácteo de Madrid registra un alto grado de incumplimiento en toda la cadena, aunque Agricultura afea especialmente el papel de las industrias

27 abr 2016 . Actualizado a las 08:57 h.

Han pasado seis meses desde su entrada en vigor y el acuerdo para la sostenibilidad del sector lácteo sigue sin dar frutos. Bien es cierto que se ha avanzado en determinados aspectos, pero estos pasos adelante apenas han tenido, hasta el momento, repercusión directa sobre la delicada situación que atraviesan los ganaderos. De hecho, las granjas no solo cobran menos que en octubre por su materia prima sino que han visto cómo crecían notablemente las dificultades para comercializar, a precios de mercado, la totalidad de su producción.

Por el camino, desde la entrada en vigor del acuerdo, se han quedado unos 250 ganaderos gallegos (hay menos de 9.000 ahora dedicados al lácteo) que, además, están padeciendo otra serie de condicionantes externos: el catastrazo en el rural o la revisión por Hacienda de ayudas públicas, como ayer denunciaba Unións Agrarias.

Desde el Ministerio de Agricultura se constata, sin embargo, la existencia de «indicadores positivos sobre este sector», al tiempo que se insiste a los firmantes sobre la necesidad de seguir trabajando en aquellos aspectos del acuerdo que registran un menor grado de cumplimiento. Esta es la situación actual de los principales puntos recogidos en el documento refrendado en su día por 35 industrias lácteas, 19 empresas de distribución y el sindicato agrario Asaja.

Producto reclamo

La leche ya no es gancho. Las cadenas de distribución alimentaria ya no banalizan la leche en los lineales de los supermercados. O, al menos, lo hacen en menor medida que hace seis meses. Esta es una de las principales conclusiones que se extraen del segundo informe trimestral de seguimiento del acuerdo lácteo publicado esta semana por el ministerio. Tan solo el 1,4% de los bricks -la mitad que en septiembre del año pasado- se venden en los súper a menos de 55 céntimos. Por el contrario, los cartones con precios superiores a los 60 céntimos han pasado del 71 al 78%.

Revelar el origen

Sin noticias de la procedencia. Sigue sin saberse de dónde procede la mayoría de la leche que se vende en los supermercados. El propio ministerio reconoce un bajo nivel de seguimiento del compromiso de indicar el origen de la materia, tanto por parte de la industria como de la distribución. Solo uno de cada tres litros recoge en su envasado la procedencia del producto y otro tanto sucede con las inserciones publicitarias o con los folletos promocionales, donde tampoco se hace alusión de forma mayoritaria a este aspecto. De los más de 8.000 anuncios inspeccionados por la Administración estatal, solo el 21 % recogían el identificativo PLS de producto lácteo sostenible que garantiza el origen español de la leche.

El papel de los ganaderos

Sin asociación para hacer fuerza. En el acuerdo que entró en vigor hace seis meses, los ganaderos se habían comprometido a mejorar su nivel de organización promoviendo asociaciones de productores y fusionando cooperativas para ganar en representatividad. Nada se ha hecho en este sentido más que jornadas de concienciación entre el sector productor y pequeños contactos entre cooperativas agroalimentarias y los presidentes de varias entidades para evaluar la disposición a poner en marcha algún proceso de integración comercial.

Contratos rescindidos

Palo a las industrias. El informe de Madrid afea la actitud de aquellas empresas que deciden rescindir contratos a ganaderos sin que estos tengan garantía de recogida por parte de otro operador. La Administración considera que estos hechos «están generando situaciones de gran conflictividad» y pide a las industrias la adopción de fórmulas de «desenganche suficientemente prolongadas» para evitarlas. En este aspecto, mientras los contratos homologados entre ganaderos e industrias avanzan a buen ritmo, no se puede decir lo mismo de los que pretendían firmarse, tras el acuerdo, entre cooperativas e industrias. Tampoco se ha avanzado en cómo poner en marcha nuevas modalidades de compra a largo plazo entre empresas y distribuidoras que puedan repercutir en el precio.

Resolución de conflictos

Mejores herramientas. De entre la docena incluida en el acuerdo es, probablemente, el punto que ha alcanzado un mayor grado de cumplimiento. Se ha puesto en marcha un protocolo de resolución de incidencias que tras el acuerdo de todo el sector servirá para canalizar todas las denuncias sobre prácticas que banalicen la leche ante el consumidor y que permitirá dar una respuesta rápida y contundente a esta situación.

Un grupo asturiano pone en marcha en Rábade una concentradora de leche y proyecta una torre de polvo

OSCAR CELA

La empresa Clea Industrias Lácteas, de capital asturiano, ha puesto en marcha una concentradora de leche, con capacidad para tratar cada hora 20.000 litros de materia prima, en su planta del parque empresarial de Rábade (Lugo). En una segunda fase pretenden instalar una torre para la fabricación de leche en polvo, a la que ya le han asignado el espacio, y automatizar todo el proceso, según señalaron fuentes de la empresa.

Clea invirtió en esta planta algo más de tres millones y medio para poner en marcha el concentrador, de tecnología americana, dos desnatadoras, dos higienizadoras, dos enfriadoras de nata y dos depósitos para este producto. El proyecto, sin embargo, está todavía sin completar como consecuencia de una denuncia urbanística interpuesta contra esta sociedad hace algunos meses, que ralentizó la inversión, antes de que el Supremo anulara el plan urbanístico de Rábade.

Fuentes de la empresa señalaron que esta incidencia tuvo repercusiones en sus planes de expansión en Galicia. Coincidió en el momento en el que la familia asturiana, que situó a Alfonso Herrera como administrador único de Clea, empezó la industrialización de la leche, después de muchos años operando como primer comprador. Esta compañía la crearon hace dos años y siete meses y tiene su sede en Rábade, donde operaban en el centro de recogida que los empresarios asturianos adquirieron hace siete años a La Serrana Campoleite.

Fuentes de la empresa señalaron que, en el momento en el que el proyecto esté completo, tendrán que ampliar la recogida en Galicia. Actualmente suministran la materia prima un centenar de ganaderos de A Coruña y Lugo. Les urgía poner en marcha el concentrador porque la situación actual del sector estaba obligando a Clea a maquilar parte de su recogida a otras industrias del sector para transformar en polvo la materia prima. Pese a ello, según aseguraron, mantuvieron los precios al ganadero.

La planta empezó a operar como centro de recogida de Clesa en los años 70, y sigue funcionando también con este cometido para otras dos industrias del sector. Al frente está Manuel Soto, el encargado de concentrados de la antigua fábrica de Leche Pascual en Outeiro de Rei.