Casi 50. 000 hogares tienen problemas para pagar la vivienda, la luz o el agua

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Porcentaje de hogares con retrasos en el pago de sus recibos
M. M. M.

Miles de familias gallegas siguen con graves apuros pese al crecimiento económico y el aumento del empleo

25 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante el pasado año 2015, la economía gallega creció, según el INE, un 3,2 % y logró 32.100 nuevos ocupados. Pero pese a la recuperación, los datos siguen reflejando que la crisis ha dejado una enorme bolsa de hogares en situación de extrema dificultad que atraviesan graves apuros económicos. La radiografía trimestral sobre la situación de las familias, que difunde el IGE, revela que al finalizar el pasado mes de marzo la comunidad gallega contabilizaba casi 50.000 hogares con problemas para hacer frente al pago de los recibos de obligado cumplimiento, es decir, la letra de la hipoteca, el alquiler de la vivienda, la devolución de cualquier otro préstamo o las facturas del agua o de la luz.

Del millón de hogares existentes en Galicia, un 4,7 % estaría en esta circunstancia, una proporción elevada, pero inferior a la registrada en marzo del 2015, cuando la morosidad en el pago de la vivienda y en otras facturas básicas afectaba al 6,65 % de las familias. Una mejora que tiene que ver, en gran medida, con la recuperación del mercado laboral. Un incremento de la ocupación que se cimenta en su mayoría en empleos con malas condiciones salariales y a media jornada. Por eso, pese al crecimiento económico y del empleo, la comunidad gallega contabilizaba en marzo casi 60.000 hogares que necesitaban de la ayuda económica de familiares o amigos para sobrevivir cada mes. Una cifra que es casi la mitad de la existente en los peores momentos de la crisis, pero que da cuenta del amplio número de familias que viven todavía una situación de extrema necesidad para atender sus obligaciones más básicas.

Lejos de corregir la enorme desigualdad generada durante la depresión, el nuevo empleo que se crea está contribuyendo a cronificarla bajo la modalidad de la llamada pobreza laboral, que ya afecta a uno de cada cinco ocupados, según los datos de la EPA sobre salarios en Galicia. Trabajadores que con lo que ganan no pueden atender cuestiones tan elementales como el pago de una vivienda o la alimentación. De hecho, en Galicia, pese a haber aumentado el empleo, el peso que tienen las rentas del trabajo en el conjunto de la riqueza de la comunidad se ha estancado, lo que significa que hay más trabajadores, pero con salarios cada vez más bajos.

Reparto de la riqueza

Los datos actualizados revelan que en el cuarto trimestre del 2015 la remuneración de asalariados equivalía al 46,8 % del PIB cuando un año antes su peso era del 46,5 %, y ello pese a incrementarse en más de 30.000 el número de personas ocupadas en ese mismo período, tal y como refleja el IGE. En sus últimos datos para Galicia, Cáritas alertaba de que más de medio millón de gallegos se encuentran en riesgo de exclusión social, y añadía, además, que 130.000 personas en esta comunidad se hallan bajo el umbral de la pobreza severa.

La lucha contra las crecientes bolsas de exclusión, cada vez más necesarias por el incremento de parados que han dejado de cobrar la prestación, está propiciando en España que el Estado y las comunidades autónomas, apretadas por el cumplimiento del objetivo de déficit público, estén combatiendo de forma desigual el fenómeno de la pobreza.

Mientras el Gobierno central se ahorra miles de millones como consecuencia de que los desempleados de larga duración agotan su derecho a paro, las comunidades autónomas, con sus fondos, se han visto obligadas a incrementar a lo largo de estos años las partidas para salarios sociales y rentas de integración.