El temor a agresivas campañas judiciales hizo que la banca cediera ante Ausbanc

r. s. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Ballesteros | EFE

Pineda está ahora encarcelado, acusado de estafa, extorsión, amenazas, administración desleal, fraude en subvenciones y pertenencia a organización criminal

22 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La banca española ha cortado esta semana toda relación con la «supuesta asociación sin ánimo de lucro» (así la define la Audiencia Nacional) Ausbanc. Pero durante años cedió a las presiones de su presidente, Luis Pineda, para inyectar importantes cantidades de dinero cada año (convenios de entre un millón y 200.000 euros, según el caso) a la organización con el único propósito de evitar que esta lanzara campañas en su contra.

Pineda está ahora encarcelado, acusado de estafa, extorsión, amenazas, administración desleal, fraude en subvenciones y pertenencia a organización criminal. Pero durante años se consintió esa práctica de «coacción», como detalla el juez Santiago Pedraz. El motivo, coinciden las fuentes consultadas -y que vivieron durante años esa presión de Pineda- era el temor a que la organización, con importantes influencias, lanzara una campaña judicial agresiva contra aquel que no accediera.

Un caso significativo, explican esas mismas fuentes, fue la demanda contra tres entidades, BBVA, Novagalicia y Cajamar, por las cláusulas suelo. Las dos primeras se habían negado a pasar por el aro. También lo habría hecho con Caja Madrid -otra que no se plegó-, pero esta no comercializaba hipotecas de ese tipo. «El caso es que en España había entonces decenas de entidades con esas cláusulas, pero se fue justo contra esas», explican fuentes financieras. Ha sido otra organización, Adicae, la que ha llevado una demanda colectiva general contra todo el sector.

Esa práctica de dinero a cambio de activar o no procesos judiciales también se explica en el auto de esta semana del juez Pedraz, cuando relata, por ejemplo, cómo el propio Pineda propone un acuerdo extrajudicial con el secretario general de una entidad que no se cita para un caso de León: «No tenemos que esperar una sentencia que os va a dar una hostia importantísima». Y ello iba en perjuicio de sus propios clientes.

Una vez destapado el escándalo, ayer habló por primera vez un directivo bancario. Fue Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter. Señaló que le había sorprendido todo lo ocurrido con esa organización, pero se desvinculó: «Ausbanc no nos han pedido nunca que paguemos nada», explicó.