Los salarios pierden peso en el PIB de Galicia pese a aumentar la ocupación

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

XOSE CASTRO

La aportación de las rentas de trabajo a la riqueza gallega es 2,3 puntos inferior a la que había cuando estalló la crisis

28 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El peso que representan las rentas del trabajo en el conjunto de la riqueza de Galicia ha bajado a lo largo del último año pese a haber crecido la ocupación. Los últimos datos actualizados por el Instituto Galego de Estadística (IGE) revelan que en el tercer trimestre del 2014 los salarios equivalían al 44,6 % del producto interior bruto (PIB) de la comunidad. Un año después, la proporción baja hasta el 44,4 %, es decir, dos décimas menos. En ese período, sin embargo, la economía gallega ganó 21.700 ocupados, según los datos de la encuesta de población activa (EPA). ¿Qué ha sucedido entonces? Esto se explica, en gran medida, porque hay cada vez más ocupados que salen del sistema como jubilados y porque la fuerza de trabajo que se incorpora al mercado laboral en su sustitución lo hace en unas condiciones salariales mucho peores.

El auge del empleo a tiempo parcial y la profunda devaluación de los sueldos iniciada desde finales del año 2012 explican esta paradoja: se ganan ocupados, pero su aportación a la riqueza gallega es cada vez menor. Esto tiene también un reflejo en la caja de la Seguridad Social: se ganan afiliados, pero la recaudación es también más baja. La hucha de las pensiones mengua: pasan a beneficiarse del sistema como jubilados ocupados que tenían un trabajo digno y son sustituidos por empleos precarios. El modo en que se sale de la crisis, por el tipo de empleo que se genera, sumado a la crisis demográfica se ha convertido en una combinación letal para las arcas de la Seguridad Social.

Los datos de la EPA para Galicia ofrecen un dato muy ilustrativo: en el mercado laboral gallega hay ahora cien mil ocupados a media jornada que declaran estar en esas condiciones por no haber podido encontrar un trabajo a tiempo completo. Antes iniciarse la crisis económica este grupo de trabajadores sumaba la mitad que ahora. Al tipo de empleo que se está generando en el año que marca el inicio de la recuperación se suma otro debate: cómo ha sido el reparto de la renta en el duro proceso de ajuste sufrido por la economía gallega desde que pinchó la burbuja inmobiliaria.

El peso de los salarios en el PIB gallego es ahora 2,3 puntos inferior al del año 2008, según los datos del IGE, mientras que los beneficios empresariales han crecido ligeramente: ahora equivaldrían al 45,5 % de la riqueza de Galicia, dos décimas por encima del dato registrado en el 2008 (45,3 %).

La menor aportación del empleo al PIB gallego en los últimos siete años vendría determinada por varios factores: la destrucción de puestos de trabajo al inicio de la crisis, la devaluación salarial y, por último, el nuevo empleo que se está creando.

La distinta evolución de los beneficios empresariales está determinada por la caída de los costes laborales, una menor presión fiscal y una brusca reducción de los niveles de endeudamiento, objetivo que se ha logrado, en gran medida, con la bajada de salarios.

Este aumento de la desigualdad por el modo en que se redistribuye la renta plantea un serio problema, tal y como ha advertido incluso un organismo como la OCDE: cómo la merma de la capacidad adquisitiva de los hogares está teniendo un impacto negativo en el crecimiento económico. E impide, en gran medida, aumentar la demanda interna de consumo, hasta ahora activada por el ahorro.

Las grandes empresas mejoran el empleo, pero no los sueldos

Los datos de Hacienda muestran que en las empresas de más de 200 trabajadores y que facturan más de seis millones de euros, el empleo creció un 3,7% en enero respecto al mismo mes del 2015, el mayor ritmo de crecimiento interanual desde el 2007. Por el contrario, la retribución media bruta descendió el 0,1%. El Instituto de Estudios Económicos (IEE), organismo vinculado a la CEOE, pronostica que España es el cuarto país de la UE donde menos subirán los sueldos este año, con un 0,5 %, mientras que la media en la Europa de los 28 se situará en el 2 %.