El gurú y periodista británico Paul Mason sostiene que el capitalismo ha muerto tras una larga agonía
04 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«Creo que ahora es el momento de que la élite, no solo los ricos sino también quienes llevan las universidades o los que gestionan los sistemas de sostenibilidad y energía de los países, miren dentro de sus almas y se pregunten: ¿funciona el neoliberalismo? Y yo creo que es manifiestamente obvio que no». Esa premisa, la de que el sistema económico vigente ha perdido su capacidad de adaptación después de la crisis del 2008, es la que sostiene el periodista británico Paul Mason (Leigh, 1960) en su libro Postcapitalismo, hacia un nuevo futuro (Paidós), que acaba de presentar en Madrid.
Advierte de que si no buscamos una salida más allá del capitalismo de mercado, «si la élite global no entrega más estímulos y continuamos deslizándonos hacia el estancamiento y la deflación, alguien buscará una salida a la crisis al estilo de 1930: con soluciones nacionalistas».
De hecho, considera que ya hay ejemplos de ello en la guerra de divisas entre Japón y China o la alta probabilidad de que el Reino Unido salga de la UE. «Si miramos la crisis que estamos experimentando dentro de Europa, creo que podemos estar a semanas del colapso de Schengen y a meses de un brexit». Redactor jefe de Economía del Channel 4 británico y ex de la BBC, Mason es un provocador, una máquina de hacer titulares. Describe el ocaso del neoliberalismo y pronostica un mundo en el que, en 50 años, el trabajo será casi residual, por el impacto de la revolución tecnológica. «La tecnología de la información corroe el sistema de precios y crea la posibilidad de que lo que necesitamos sea barato o incluso gratis», dice. La respuesta al futuro está en la economía colaborativa, ya que el trabajo cada vez será más escaso y precario.
«La ocupación, los bancos de tiempo, las guarderías colaborativas, préstamos sin documentar entre personas... soluciones que antes eran de los radicales, de los hippies, de los okupas, se han extendido a la gente. El capitalismo ni siquiera ve cómo ocurren estas cosas», insiste, defendiendo una renta básica universal y reclamando que el Estado proteja a este emergente tercer sector.
Y pide transgresión en el sentido de que, al igual que Roosevelt o Keynes mudaron de ideas ante una realidad cambiante, «las élites también lo hagan, porque el Estado va a ser crucial para solventar el estancamiento que se nos viene encima».