El canon y el concurso lastran las opciones de la comunidad de lograr potencia subvencionada
02 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Galicia no está preparada para salir en los puestos de cabeza en la carrera que disputarán las comunidades para instalar más potencia eólica con incentivos, que se iniciará con la convocatoria de nuevas subastas de megavatios subvencionados. En las pujas se competirá por precio y ganará el corredor que esté dispuesto a recibir menos primas. Y, en Galicia, construir un parque es más caro y complicado que en otras autonomías, con lo cual, competirá en desventaja, según constató la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
La patronal del sector a nivel nacional advirtió de que hay comunidades que ya se están preparando para ganar la batalla, mientras Galicia mantiene «trabas» como el canon eólico, un impuesto medioambiental de la Xunta que grava el impacto de los molinos cuya recaudación va a parar a los concellos con parques eólicos; y un concurso que obliga a las adjudicatarias a ejecutar planes industriales complementarios. Es decir, a desembolsar más dinero que en otros territorios.
La AEE destaca que esas contraprestaciones industriales «encarecen considerablemente los proyectos, lo que no es fácil de compatibilizar con un sistema de subastas competitivas». También resalta que para obtener una autorización administrativa para parques de menos de 50 megavatios es necesario que estos hayan sido adjudicados en concurso, «lo que deja en el limbo a todos los proyectos nuevos que vayan a las subastas y quieran instalarse en las comunidades con concursos adjudicados». La patronal recuerda que en España hay unos 10.000 megavatios asignados en procesos autonómicos pero no instalados. De ellos, casi 2.000 están en Galicia.
La asociación avanzó que algunas comunidades han decidido eliminar los planes industriales, como Andalucía y Extremadura; y otras, incluso los concursos eólicos, como Canarias y Cantabria.
En Galicia, Valencia y Castilla-La Mancha conviven los dos factores que pueden poner piedras en el camino hacia la carrera eólica y justo en esas tres autonomías no se instalan megavatios nuevos desde hace años, destacó la patronal. La AEE aboga por eliminar todas estas trabas para allanar el camino hacia las subastas.
El concurso, al Supremo
La Xunta no tiene previsto dar ninguno de esos dos pasos, aunque quizá sea la Justicia la que obligue a tomar una decisión. El Tribuna Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) acaba de anular una parte fundamental del concurso gallego: la fase de puntuación de los proyectos que se presentaron. La sentencia considera que en ese proceso que se realizó en el 2010 no se aplicó estrictamente uno de los criterios fijados por la propia Xunta.
El Gobierno gallego ya anunció que recurrirá tal fallo ante el Tribunal Supremo. Confía en que le dará la razón por la existencia de sentencias contradictorias sobre la misma comisión de valoración. Y aportará como documentación tres fallos emitidos por el propio TSXG dando por buena la aplicación de ese criterio en discordia, el llamado K1.
Pero entre tanto no se pronuncie el Supremo -algo que puede producirse en meses o años-, el sector eólico gallego (sobre todo, las adjudicatarias del concurso) advierte de que la paralización del negocio será ya total, pues, razonan, ninguna empresa se atreverá a desembolsar ni un euro en proyectos nuevos mientras no quede claro el marco jurídico que ampare la inversión.
Subastas sin convocar
En enero pasado se celebró la primera subasta para adjudicar megavatios eólicos bonificados. El resultado fue raro, pues las compañías ganadoras renunciaron a percibir incentivo alguno. El sector reclama un calendario de pujas que garantice la instalación de los 6.000 megavatios adicionales que precisa España para cumplir con los objetivos europeos.