Las petroleras lo tienen crudo

m. mora, f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR QUIAN

Las principales multinacionales prescindirán de 50.000 trabajadores para afrontar la crisis

05 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Soplan malos vientos para la industria del petróleo. Con el barril de crudo a poco más de 30 dólares, un 70 % más barato que en junio del 2014 -cuando comenzó el declive de las cotizaciones-, andan los nervios a flor de piel en los despachos de las grandes petroleras. Y no es para menos. La caída en barrena de los precios ha zarandeado las cuentas de resultados y puesto patas arriba el negocio de la industria del oro negro. Beneficios que se hunden a pasos agigantados -e incluso pérdidas históricas, en algún caso-, cotizaciones que se despeñan, ventas de activos a toda prisa y drásticas medidas de ajuste -incluidos el despido de unos 50.000 trabajadores y la reducción de las inversiones-, son algunas de las dentelladas que en el pellejo de las petroleras está dejando esta nueva crisis del crudo, más dura que la de 1986, a decir de los analistas de Morgan Stanley, todo un señor gurú en esto de las materias primas. Estos son los planes de las compañías.

Repsol

1.500 empleados menos. El gigante español anunció a finales del 2015 que reducirá su plantilla un 6 % entre este 2016 y el 2018. Este plan afectará a 1.500 empleados en todo el mundo, 750 de ellos en España. Falta por concretar en qué centros aplicará la medida -el recorte será a través de bajas incentivadas y prejubilaciones-, algo que realizará mediante una negociación con los sindicatos a partir de este mes. En Galicia cuenta con un millar de operarios, 650 de ellos en la refinería de A Coruña. Martín Seco, delegado de UGT en esta instalación, explicó que están preocupados, aunque no se producirán despidos, lo que calma un tanto los ánimos. La petrolera presentará resultados a finales de este mes, pero ya ha avanzado que el año pasado perdió 1.200 millones después de provisionar 2.900 para sanear unas cuentas desinfladas por el desplome del crudo. Además de reducir personal limitará inversiones.

Royal Dutch Shell

10.000 despidos. La petrolera anglo-holandesa, la primera de Europa, solo ganó el año pasado 1.748 millones, un 87 % menos que en el 2014. Para amortiguar el golpe, el consejero delegado de la compañía, Ben van Beurden, confirmó ayer que prescindirán de 10.000 empleados en todo el mundo. Sin embargo, sigue adelante con su opción de compra de British Gas por 61.600 millones. Beurden avanzó que los despidos podrían incluso ser más de los anunciados tras la operación.

British Petroleum

7.000 a la calle. La británica BP obtuvo el año pasado los peores resultados de su historia al perder la friolera de 6.482 millones de dólares (5.943 millones de euros). La reacción de la compañía ha sido anunciar el despido de otros 3.000 operarios, que se sumarán a los 4.000 que ya había avanzado. En total, 7.000 empleados (el 9 % de su plantilla) menos entre este año y el que viene. Con ellos serán ya 11.000 los trabajadores despedidos en BP desde principios del 2015. Al hundimiento del precio del petróleo en el último año y medio, la petrolera británica ha tenido que sumar otra catástrofe en sus cuentas: el vertido provocado por una de sus plataformas en el golfo de México en el 2010, que causó 11 muertes y un desastre medioambiental. La empresa informó de que los costes antes de impuestos ligados al suceso suman 50.000 millones de euros.

Pemex

Adiós a otros 10.000. Petróleos Mexicanos (Pemex), propietario del 51 % del astillero gallego Hijos de J. Barreras, no ha presentado todavía los resultados del 2015 al completo, pero de enero a septiembre había registrado unas pérdidas monumentales de 19.372 millones de euros, un 138 % más que durante el mismo período del 2014. La compañía azteca planea despedir a otros 10.000 operarios, el mismo número de los que prescindió en el 2015.

Chevron y Petrobras

12.000 fuera. La petrolera estadounidense ganó el año pasado 4.000 millones, un 76 % menos, y ha anunciado que despedirá a 7.000 trabajadores. Por su parte, la compañía estatal brasileña avanzó hace unos meses que prescindirá del 30 % de los empleados subcontratados en el área administrativa, lo que equivaldría a 5.000 operarios.

En resumen, unos 50.000 despidos. Y dicen los analistas que lo peor puede estar por llegar. Lo que más les preocupa, la elevada deuda que arrastran la inmensa mayoría de las petroleras. Con el petróleo a más de cien dólares, como antes, había más manga ancha para las inversiones. Se destinaron ingentes cantidades de dinero a proyectos pensados para precios altos, que ahora y no resultan rentables. Los ingresos ya no son los mismos, pero los intereses de la deuda que hay que pagar, sí. Eso explica también el fuerte castigo que están sufriendo en las bolsas los bancos, algunos de ellos muy expuestos al riesgo del negocio petrolero.

Por lo demás, advierten los expertos, a las petroleras les ha llegado el momento de dejar relativamente de lado las instalaciones de extracción de crudo y mirar hacia lo que en la jerga petrolera se conoce como el downstream, las actividades ligadas al tratamiento y venta de los productos petrolíferos