El expresidente de Caja Castilla La Mancha dice que era un «animador sociocultural» de la caja

EFE

ECONOMÍA

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Juan Pedro Hernández Moltó defiende que las cuentas del ejercicio 2008 que presentó al Banco de España eran «transparentes y provisionales»

02 feb 2016 . Actualizado a las 17:35 h.

El expresidente de Caja Castilla La Mancha Juan Pedro Hernández Moltó ha dicho que su papel en la entidad era el de «animador sociocultural», y ha defendido que las cuentas del ejercicio 2008 que presentó al Banco de España eran «transparentes y provisionales».

Durante la primera jornada del juicio sobre la presunta ocultación de pérdidas de la caja, Hernández Moltó ha afirmado «no haber sido consciente» de que la aplicación de los requerimientos del informe realizado por el Banco de España podrían reflejar pérdidas en la caja, cifradas en 182 millones de euros en lugar de los 30 millones de beneficios.

En su declaración ante el juzgado central de lo penal, presidido por el juez José María Vázquez Honrubia, Moltó ha asegurado que la primera comunicación que recibió del Banco de España en los nueve años en los que estuvo al frente de la entidad fueron «las conclusiones del informe de una inspección» que no se le comunicó previamente.

También ha señalado que tenía constancia «pero no sospechas» de las labores del Banco de España dentro de CCM porque «los veía trabajar». «Creo que hubo un abuso de confianza o yo que sé de qué, porque pensábamos que esas cuentas sobre el ejercicio 2008 no eran públicas, sino provisionales», y además estaban siendo negociadas con el Banco de España, ha dicho.

La acusación, por su parte, sostiene que, de acuerdo con el informe de los inspectores que declararán en los próximos días, el Banco de España denegó el calendario propuesto por CCM para la aplicación de los requerimientos porque «era insostenible en esas condiciones». Sobre la concesión de préstamos «con trato de favor al deudor», Moltó ha indicado que, aunque desconocía «las tripas del asunto», la ejecutiva «se fiaba» del comité superior de riesgos. Asimismo, ha sostenido que todas las operaciones fueron aprobadas «de forma unánime» por los miembros del consejo, a quienes nunca se les omitió el informe con las peticiones del Banco de España.

Moltó ha asegurado que en la caja estaban «perfectamente tranquilos» con las cuentas, y ha defendido reiteradamente que las plusvalías auditadas en verano de ese mismo año alcanzaban los 800 o 900 millones de euros, suficientes para cubrir posibles cargos patrimoniales. Asimismo, ha sostenido que el «shock» por el contexto económico provocó cierto retraso en la gestión de las pérdidas que, «pese a ser lo normal en una empresa, obviamente no nos gustaba».

En cuanto a su función en CCM, Hernández Moltó ha negado a la Fiscalía una presunta relación operativa con el Banco de España puesto que era el «presidente institucional pero no ejecutivo», y alardeando de argot taurino, ha dicho que aunque no era un «Don Tancredo» inmóvil, estaba al margen de la operativa de la entidad. «Me dedicaba exclusivamente a labores institucionales -ha declarado Hernández Moltó-, para mantener la estabilidad y equilibrio en los órganos de gobierno y para garantizar la presencia pública».

También se ha pronunciado sobre el ex director general Ildefonso Ortega, otro de los investigados en el proceso, a quien ha definido como un «perfecto controller» -supervisor de la gestión de la entidad- reconocido incluso por el Banco de España.

CCM, actualmente integrada en Liberbank, fue la primera entidad española en ser intervenida en esta crisis, después de que en marzo del 2009 el Consejo de Ministros aprobara una inyección de fondos públicos de 9.000 millones de euros.

La Fiscalía Anticorrupción pide para Moltó y Ortega dos años y medio de prisión así como su inhabilitación durante ese tiempo, por delito societario, en tanto que la acusación popular que ejerce Adicae añade falsedad contable y administración desleal, y solicita para ellos el doble que la Fiscalía, cinco años de cárcel.