Los inversores ya no besan por donde pisa Draghi

m. m. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

DANIEL ROLAND | AFP

«No nos rendimos. Tenemos el poder, el deseo y la determinación de actuar», dice el presidente del Banco Central Europeo

22 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«No nos rendimos. Tenemos el poder, el deseo y la determinación de actuar. No hay límites a la hora desplegar nuestros instrumentos de política monetaria». Así de contundente se mostró ayer un Mario Draghi visiblemente preocupado por los nubarrones que se ciernen, otra vez -y ya hemos perdido la cuenta de cuántas van-, sobre la anémica recuperación económica de la eurozona.

Las cosas se están poniendo feas. Y el presidente del Banco Central Europeo no está dispuesto a quedarse cruzado de brazos mientras todo se desmorona. Ha sido el único que ha puesto toneladas de carne en el asador para combatir la crisis. Y lo va a a seguir haciendo. En marzo redoblará la apuesta. Habrá más estímulos monetarios. Porque la recuperación europea es débil. Y puede acabar marchitándose si China y otras economías emergentes -ligadas al petróleo, en pleno desplome- renquean.

En su primera comparecencia del año, Draghi rehusó dar detalles de cuáles podrían esas nuevas medidas de las que habla. Se limitó a dejar claro que todavía le quedan balas en la recámara. Aunque, a preguntas de los periodistas dejó entrever la posibilidad de incrementar el volumen de las compras mensuales de deuda que realiza cada mes y que ahora ascienden a 60.000 millones de euros. En diciembre no lo hizo. Lo que hizo fue ampliar la vigencia del programa que, en principio vencía en septiembre, hasta marzo del año que viene. Y eso le valió el rapapolvo de los mercados, que esperaban más.

Ayer, sin embargo, sus palabras volvieron a tener el efecto balsámico que solían. No tan sanadoras como antes, eso sí. Aunque, sin los aspavientos de otras ocasiones, los inversores celebraron las declaraciones del guardián del euro.

Resumiendo, que lo que vinieron a dejar claro las bolsas con sus movimientos es que ya no besan por donde Draghi pisa. Las seduce, sí, pero ellas tienen los ojos puestos en el crudo. Es por el que beben los vientos. Y en eso coinciden todos los analistas. Como muestra, un botón: a media sesión, la principal petrolera saudí, Aramco, salió a la palestra para decir que más vale que preparase batirse el cobre con precios bajos durante un largo período de tiempo. Bastó para que los índices deshicieran el camino recorrido del brazo de Draghi. De ganar un 2,66 % tras la actuación del galán romano, el Ibex pasó a avanzar tan solo un 0,3 %. Y no fue hasta que el brent sorprendió escalando más de un 4 % y colocándose otra vez por encima de los 29 dólares, cuando las bolsas recuperaron la sonrisa. El Ibex ganó un 1,97 %.