Y ahora, ¿dónde van a fabricar mis pitillos? En Polonia

G. L. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

KOPA

La caída del consumo, el contrabando y hasta la guerra de Siria llevan al cierre a la última fábrica de la Península

20 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Altadis, heredera de la antigua Tabacalera ahora en manos del grupo británico Imperial Tobacco, anunció ayer un nuevo plan de ajuste que supondrá la salida de 471 trabajadores, el 46 % de su plantilla, y el cierre de su fábrica en La Rioja, la única gran industria que quedaba en la Península dedicada a la elaboración de cigarrillos -tiene otra en Cantabria, que fabrica en exclusiva puros y puritos-. A partir de ahora, si le venden cigarrillos españoles, solo podrán tener un origen: la planta del grupo nipón JTI en Tenerife, donde se despachan cajetillas de marcas como Winston o Camel.

La caída tanto del consumo interno de tabaco -la presión regulatoria y el aumento del contrabando en un 10,6 % durante la crisis habría rebajado en un 45 % las ventas de cigarrillos en los últimos cinco años- como de las exportaciones -principalmente hacia Oriente Medio, por las guerras en Siria e Irak-, han llevado a Altadis a proponer cerrar la verja de la fábrica riojana, dedicada a la fabricación de cigarrillos rubios y negros de enseñas como Fortuna, Ducados, Nobel o West Brooklyn.

Tras el cierre de doce plantas en España desde el 2000, a partir de ahora los pitillos del grupo Imperial Tobacco se fabricarán en Polonia y Alemania. El cierre se hará efectivo el próximo 30 de junio, aplicando una cláusula del ERE aprobado en el 2009 gracias a la cual 180 trabajadores podrán acceder a la prejubilación. A los otros 291, Altadis les ha anunciado que les ofrecerá un plan de bajas incentivadas con una indemnización superior a la fijada por ley y que pondrá en marca un plan de recolocación para ayudarles a encontrar un nuevo empleo.

La decisión ha provocado indignación entre los sindicatos, que anuncian movilizaciones, pero también en el Gobierno riojano, que no dudó en denunciar la deslealtad de la empresa por no informarle de sus intenciones pese a la inyección de fondos públicos recibida: las últimas ayudas se concedieron este mismo lunes.