Renault agranda el escándalo de Volkswagen con emisiones ilegales en sus coches diésel

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

VINCENT KESSLER | Reuters

Francia confirma el fraude, pero niega un trucaje de motores

15 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Renault perdió ayer 2.600 millones de euros, el 10 % de su valor en bolsa, arrastrada por el efecto Volkswagen, tras conocerse que algunos de los vehículos que fabrica contaminan más de lo permitido legalmente.

Todo comenzó en Twitter. El sindicato CGT, mayoritario en la automoción francesa, reveló a través de esta red social una redada en varios centros de la multinacional gala llevada cabo el pasado 7 de enero por agentes de la Dirección General de la Competencia, del Consumo y de la Represión del Fraude. «Han investigado los departamentos de homologación y puesta a punto de los controles del motor», denunció en un comunicado recogido por la agencia AFP, que enmarca la operación en una investigación por un posible fraude en las emisiones de gases contaminantes.

A mediodía, las acciones de Renault caían un 20 %. Eso hizo reaccionar al Gobierno francés, accionista mayoritario del fabricante (posee el 19,7 %), que quiso marcar distancias con el trucaje de motores de Volkswagen.

Ségolène Royal, ministra de Medio Ambiente, fue categórica al decir que «el fraude en Renault no existe», y garantizar que «los accionistas y los empleados pueden estar tranquilos». Pero Royal no pudo negar las evidencias y reconoció acto seguido que tanto los modelos diésel de la marca examinados por la citada comisión, como los de otras dos firmas extranjeras de las que no dio información, «exceden las emisiones permitidas».

La ministra negó que esta ilegalidad tuviera su origen en una manipulación del software del motor, como sí ocurrió en los vehículos de Volkswagen. Casi al mismo tiempo, el ministro de Economía, Emmanuel Macron, afirmó en Berlín que «el caso Renault no tiene nada que ver con el caso alemán».

Por su parte, el grupo automovilístico se defendió asegurando que «no hay pruebas de la presencia de un programa de trucaje».

La automotriz gala emplea a 117.000 personas en todo el mundo y distribuye sus vehículos en 125 países. En el 2014 (últimos datos anuales disponibles), vendió 2,71 millones de unidades, y facturó 41 millones de euros.

Impacto en España y Galicia

La filial española de Renault se remitió ayer a la central de París. «Sabemos que hay muchas marcas en el punto de mira, pediremos las aclaraciones correspondientes a la empresa», afirmó un portavoz de UGT en la fábrica de Valladolid.

La compañía tiene 4 fábricas en España: 2 de vehículos y otras dos de motores y cajas de cambio, repartidas entre Palencia, Valladolid y Sevilla. Emplean a más de 12.000 personas y generan carga de trabajo para una treintena de proveedores gallegos.

La caída en bolsa de ayer arrastró también al grupo PSA, que tiene una de sus plantas en Vigo y que perdió un 3,4 %. El fabricante galo emitió un comunicado para confirmar la ausencia de cualquier fallo en sus vehículos, y aclarar que no han sido objeto de ninguna búsqueda por parte de las autoridades francesas de Competencia.