José del Barrio Puerta: «Espero algún día invertir en Galicia»

F. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

XOAN CARLOS GIL

Con raíces en Vigo, acaba de crear un fondo para apoyar a emprendedores tras vender La nevera roja por 80 millones

06 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

José del Barrio Puerta es madrileño de 32 años, pero su familia materna en gallega, de Vigo. Fue uno de los socios fundadores de La nevera roja, el portal español de comida a domicilio vendido por 80 millones a un grupo alemán hace un año. Y ahora acaba de crear Samaipata Ventures, un fondo de inversión para emprendedores de comercio electrónico y mercados on-line que prevé invertir 20 millones en el apoyo a proyectos empresariales.

-La venta de La Nevera Roja le ha hecho millonario, pero ha decidido seguir trabajando. ¿Por aburrimiento? ¿Porque le gusta?

-(Risas) Podría irme a una playa desierta y tirarme allí el resto de mi vida o seguir haciendo lo que me gusta. Y opté por lo segundo. Creemos que hay una oportunidad para desempeñar un papel relevante en el desarrollo de los mercados on-line en España. Parte de los beneficios de la gestora que lleva el fondo se dedicarán a proyectos sociales, así que además de generar riqueza a los inversores ayudaremos a la sociedad. Pero bueno, el principal motivo es que somos un grupo de gente apasionada con lo que hacemos, que aprovechó la oportunidad de hacer proyectos interesantes en España y en un sector muy embrionario de apoyo a los emprendedores.

-¿Cómo ayudan a los emprendedores?

-Con financiación, claro, y con captación de talento, porque un emprendedor, además de levantar dinero, también tiene que levantar talento, captar a la gente más brillante para una start-up que a lo mejor está en un garaje. Y también podemos darles nuestra visión de los negocios, de las dinámicas de mercado... Tenemos intención de analizar unos mil proyectos al año e invertir en diez un mínimo de 500.000 euros y un máximo de 1,5 millones. Más del 80 % de la inversión irá a proyectos que ya tengan una cierta trayectoria, pero nos dejaremos una parte pequeña del fondo para iniciativas que estén en una fase semilla, muy inicial.

-¿Y no se plantearon montar la empresa fuera de España?

-Hay ciertas ventajas de montarla fuera, pero pensamos que en España hay una oportunidad por la situación en la que se encuentra el país y por las dinámicas de mercado. Ha habido ventas de start ups muy relevantes en el último año, yo creo que el inversor está entendiendo que apostar por este tipo de empresas tiene sentido. Pero es cierto que en otros lugares del mundo hay más liquidez y que en España todo esto está empezando. Pero es que nosotros queremos invertir aquí, de hecho, el 80 % de la inversión del fondo se irá a proyectos de origen español, aunque no cerramos la puerta a que vengan de otros países.

-El éxito es cuestión de suerte, de trabajo, de tener dinero...

-En la Nevera Roja confluyeron diferentes factores. Por supuesto un poco de suerte siempre es necesaria, pero es que también se pusieron todos y cada uno de los medios adecuados para maximizar esa probabilidad de éxito. Tuvimos la enorme suerte de contar con un grupo de inversores que nos apoyaron de forma decidida, con un equipo fundador que hizo crecer el proyecto, el producto estaba muy bien dirigido y el mercado lo aceptó. No hay una fórmula, es trabajar muy duro y que sea lo que dios quiera.

-Pero ¿es posible empezar de cero sin un euro en el bolsillo?

-Ayuda de qué entorno profesional vienes y la capacidad económica inicial también. Hay que ser honestos, si no tuviéramos para comer a lo mejor no hubiéramos podido crear La nevera roja. De nuestro dinero pusimos una cifra pequeña, pero ayuda igual que encontrar un buen inversor, un buen socio o una buena idea. Trabajábamos en una consultora (en PwC) y durante el primer año de La Nevera Roja no cobramos, pero podíamos comer gracias a nuestros ahorros, éramos unos privilegiados.

-Con 32 años tendrá un sueño, ¿cuál?

-Quizá financiar con los beneficios de la gestora de fondos proyectos sociales. Hay una start-up en las montañas de Asturias que reparte comida de supermercados cercanos a los pueblecitos de la montaña que ya no tienen tiendas. Es un ejemplo de emprendimiento social que me gusta.

-Quizá algún día incluso invierta en Galicia.

-(Risas) He estado por allí viendo cosas, me haría mucha ilusión y espero algún día hacer inversiones por allí, sí.

«Las buenas ideas no te van a llegar mientras estás en el sofá pensando a ver qué hago»

Puerta, su segundo apellido, es gallego. Su abuelo salió de la nada y fundó hace sesenta años la pesquera Pescapuerta. José del Barrio se mira en ese espejo para explicar sus ansias emprendedoras. Explica que su abuelo es un ejemplo de que hay negocios que pueden salir adelante sin tener dinero, aunque no es lo habitual.

-Quizá pueda ofrecer algunos consejos para los jóvenes que quieran buscarse la vida como emprendedor.

-Es complicado, pero las buenas ideas no te van a llegar mientras estás en el sofá viendo la tele y pensando a ver qué hago. No funciona así. La idea te va a llegar cuando estás remangado, dándolo todo por un trabajo que a lo mejor no es el que soñaste, pero que te sirve para dar un saltito. Un día un emprendedor de éxito me dijo una frase simple pero que me caló: las cosas pasan.

-¿Qué le parecen los planes públicos de apoyo a los emprendedores?

-Solo con financiación pública no vas a ningún lado, aunque ayuda. Esos planes tienen muchísimo sentido, pero como gestora de fondos dirigidos a start up creo que tiene más sentido que las Administraciones públicas financien este tipo de iniciativas privadas porque al final somos profesionales que nos dedicamos día y noche a pensar cuál es la mejor forma de invertir esos fondos. Tenemos que salvar una distancia muy grande con países como Reino Unido y Estados Unidos, tenemos que ir más rápido que ellos para alcanzarlos. Es un deber de la Administración impulsar el sector, no tenemos por qué ir por detrás, que parece que es algo que tenemos asumido.

-Quizá porque se ha ido mucha gente con talento.

-Es una pena que se estén yendo a otros países donde es más fácil obtener financiación y confían más en el emprendedor.