«Trabajaría de cualquier cosa, pero no encuentro nada»

m. b. SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

José Manuel Naveiro, de 26 años y vecino de Santiago, encaja en este perfil como guante en la mano

11 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Alo largo de estos últimos años, se ha generado en Galicia y en España la imagen de una juventud muy preparada que, ante la falta de expectativas, cogía la maleta en busca de mejores oportunidades fuera. Sin duda, hay cientos de ejemplos que avalan esa percepción social.

mario beramendi

Pero en la población más joven convive otra realidad, a menudo solapada. En los años de expansión económica, el tiempo previo al estallido de la burbuja inmobiliaria, las actividades vinculadas a la hostelería y a la construcción (fundamentalmente en Canarias y en la costa Mediterránea) se nutrieron de jóvenes que, atraído por sueldos altos, abandonaron su formación en plena adolescencia. Cuando todo se vino abajo, se fueron al paro. Y se encontraron con enormes dificultades para hallar trabajo por su baja cualificación. José Manuel Naveiro, de 26 años y vecino de Santiago, encaja en este perfil como guante en la mano. «Llevo cuatro años parado y antes había estado todo el tiempo en la construcción: ahora trabajaría de cualquier cosa, pero no encuentro nada», se lamenta desesperado. Junto a él está su mujer, que está en la misma situación, también desempleada. Y tienen un niño pequeño.

La familia vive ahora de lo que cobran por la renta de integración social de Galicia (la risga), algo más de 550 euros al mes. Y es una prestación que solo tienen garantizada hasta el próximo mes de mayo. «He hecho cursos de jardinería, pero no me llaman ni siquiera para acondicionar las glorietas», asegura José Manuel. Un joven desesperado, que busca ampliar su formación en busca de un futuro mejor.