La Fiscalía alemana registra la sede central de Volkswagen

EFE

ECONOMÍA

RONNY HARTMANN | AFP

El objetivo del registro es incautarse de documentación y soportes informáticos «que puedan contener información de la identidad de los empleados implicados»

08 oct 2015 . Actualizado a las 17:55 h.

La Fiscalía alemana de Braunscheweig (norte de Alemania) ordenó hoy registrar varias de las sedes de Volkswagen, entre ellas la sede central, en el marco de la investigación abierta por la manipulación de las emisiones contaminantes. 

Según informó la fiscalía de Braunschweig (norte) en un comunicado, el objetivo de los registros es incautarse de documentación y soportes informáticos «que pudean contener información sobre el exacto proceder y la identidad de los empleados de la compañía implicados» en los presuntos hechos delictivos que se investigan. Los registros fueron dirigidos por tres oficinas de la policía alemana, con apoyo de las fuerzas de seguridad. 

Tras recibir varias denuncias, la fiscalía de Braunchsweig decidió abrir diligencias para investigar un presunto fraude por el trucaje de motores diésel de varios modelos del grupo Volkswagen. Aunque en un primer momento el ministerio público informó de que las diligencias se centraban en el expresidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, quien dimitió poco después de conocerse el escándalo, después aclaró que se trataba de una investigación contra desconocidos. 

El escándalo de Volkswagen se desencadenó el pasado 18 de septiembre, cuando la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) divulgó que casi medio millón de automóviles de ese grupo están trucados para esconder sus emisones reales de óxidos de nitrógeno. Se estima que en todo el mundo unos once millones de vehículos de VW están equipados con el software que permite ocultar el nivel real de esas emisiones durante las pruebas de laboratorio, la mayoría de ellos en países de la Unión Europea. 

Admiten que la compañía quiso ocultar las emisiones

El presidente del Grupo Volkswagen en Estados Unidos, Michael Horn, admitió ante un comité del Congreso de Estados Unidos que el objetivo del software instalado en algunos de sus vehículos diésel era ocultar sus emisiones reales. Horn también afirmó que no supo hasta el 1 de septiembre de este año que los vehículos del grupo alemán contenían el software ilegal, y añadió que, hasta ese momento, sólo sabía que algunos de esos automóviles diésel no cumplían con las normativas estadounidenses sobre emisiones.