Carlos Cabanas: «Hay granjas que ganan dinero con el litro a 0,26, y otras pierden con él a 0,34»

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

El número dos del ministerio avisa que denunciarán a quien incumpla el acuerdo: «No hay peor castigo que el descrédito»

04 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Profundo conocedor del sector agroganadero español y de sus producciones, Carlos Cabanas ocupa desde abril del 2014 la secretaría general de Agricultura y Alimentación, cargo en el que sustituyó a la actual ministra, Isabel García Tejerina. A lo largo de este verano, como número dos del ministerio, ha intentado lo más difícil: aplacar el malestar de los productores y convencer a la industria y a la distribución sobre la necesidad de dar pasos en el sector lácteo, cuya principal seña de identidad es la desestructuración de su cadena de valor.

-¿Por qué cree que el acuerdo lácteo ha generado tanta desconfianza en los ganaderos?

-El productor ha sido tradicionalmente el eslabón más débil y ha sufrido más directamente las consecuencias de las dificultades de los mercados. Desde que se presentó la propuesta de acuerdo por parte de la ministra, el pasado 18 de agosto, les trasladamos lo que era posible y lo que no. Las noticias de que Francia había aplicado un precio mínimo, desmentidas por el propio ministro Stephanie le Foll, generaron unas falsas expectativas sobre lo que se podía hacer. Y ello quizás ha influido también en las esperanzas de los ganaderos. Yo les recordaría a los responsables sindicales que su mensaje debe ser responsable.

-¿Qué novedades incluye el pacto firmado?

-El compromiso expreso de la distribución de dejar de usar la leche como reclamo y, sobre todo, de comprarle a la industria mediante contratos a largo plazo, lo que le permitirá a esta programar mejor su abastecimiento de materia prima con el productor mediante una relación más larga y estable.

-¿Cuál puede ser el impacto sobre los precios?

-Estos compromisos generan un mayor valor sobre la leche. Y la industria se ha comprometido a trasladarlo a los ganaderos. Pero hay otro punto importante: se van a publicar los precios a los que la industria vende la leche a la distribución y se va a regular la figura de los primeros compradores.

-¿Por qué no se pueden incluir unas referencias sobre la evolución de precios que limiten la discrecionalidad de la industria y la distribución? ¿Esto lo prohíbe Competencia? Me refiero a conceptos, no a números...

-Hay que aclarar cosas que se repiten mucho. La fijación directa o indirecta de precios la prohíbe el Tratado de Funcionamiento de la UE, la carta fundacional. Y las autoridades de competencia velan por su cumplimiento. Los conceptos a los que usted se refieren sí que están: publicar los precios de cesión, acabar con la banalización de la leche, valorizar el producto a lo largo de la cadena...

-Gran parte del sector productor cree que eso es una mera declaración de intenciones...

-Son compromisos, muchos nuevos, con una expresa voluntad de cumplimiento. Lo que se nos estaba pidiendo era incluir referencias directas o indirectas a precios. Y eso no lo podemos hacer. No existe una única cadena de valor para la leche líquida: no es lo mismo envasar un brik que, además, hacer quesos, yogures o mantequillas.

-¿Usted considera que es rentable vender el litro por debajo de 0,32?

-Claro que sí. Y no lo digo yo: lo dice el Observatorio del Mercado de la Leche de la Comisión Europea. Una información que es pública. En España hay ganaderos que ganan con la leche a 0,26, y otros que pierden cobrando a 0,34. Depende de su eficiencia, de que tengan acceso a pastos, de cómo gestionen sus costes e inversiones. Los precios en España se corresponden con los valores comunitarios. Y eso que la materia prima tiene menos contenido en grasa y proteína.

-¿Qué mecanismos tiene el Gobierno para evitar que la distribución siga usando la leche como producto reclamo?

-Por petición expresa del sector lácteo, el ministerio ha asumido el papel de garante del cumplimiento del acuerdo. Por tanto, si alguno de los firmantes lo infringe, lo pondremos de manifiesto. El peor castigo que puede recibir una industria láctea o una empresa de distribución alimentaria es el descrédito ante el consumidor. Si además ese incumplimiento es sancionable, también lo haremos. Sin dudarlo un minuto.

CARLOS CABANAS SECRETARIO GENERAL DE AGRICULTURA

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