Abanca invierte 12 millones en renovar 400 terminales en Galicia, casi la mitad de los que tiene

r. s. redacción / la voz

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

La entidad ha puesto en marcha una campaña de imagen en la que da nombres a los cajeros: «Ola, son o caixeiro 1850AF, pero pódesme chamar Luis»

03 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Abanca ha puesto en marcha un proceso de renovación de casi la mitad de sus cajeros en Galicia para instalar equipos de última generación (de tres marcas diferentes) con una serie de servicios pioneros en la comunidad, según explican fuentes de la entidad. En total, el banco prevé invertir 12,3 millones de euros en un proceso que se reanudará en el 2017 con la adaptación de otras 257 máquinas y el desembolso de otros 8 millones.

Los nuevos cajeros han comenzado a instalarse ya en el exterior e interior de varias oficinas, y se distinguen fácilmente porque Abanca ya ha puesto en marcha una campaña de imagen en la que da nombres a los cajeros. «Ola, son o caixeiro 1850AF, pero pódesme chamar Luis», se lee en uno de ellos.

Esta renovación, explica el banco, no guarda relación con el posible cobro de una comisión a los no clientes porque el proceso está aprobado desde inicios de año, y toda la controversia generada por este asunto de la doble comisión arrancó en primavera. El grueso de la renovación (unos 250 puntos) ya se ejecutó en verano, y antes de final de año estará lista.

¿Qué ofrecen esos cajeros? Todos ellos son táctiles y permiten el ingreso de billetes y monedas, algo bastante llamativo porque posibilita realizar transferencias o pagar recibos con exactitud. En estas máquinas los no clientes podrán realizar ingresos en cuentas de Abanca, y los usuarios de la entidad gallega, ejecutar transferencias a cualquier cuenta de cualquier marca, hasta un máximo de 1.000 euros. «Se pueden hacer operaciones hasta de céntimos», explica Eduardo Aldao, director de innovación de Abanca.

Otra novedad que incorporan es el llamado contactless, que permite operar sin introducir la tarjeta. Basta con pasar el plástico por encima de la máquina. Ya está funcionando en algunos comercios, en los TPV de pago, aunque en Galicia está poco extendido. Sin embargo, es algo que tiende a generalizarse: a partir de enero todas las tarjetas nuevas que se dispensen tendrán que llevar este tipo de tecnología.

La renovación de ese parque se está ejecutando, inicialmente, en los lugares en los que hay más tráfico de operaciones, principalmente entornos urbanos.