El Gobierno recorta los incentivos para la industria intensiva

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Marcos Míguez

Alcoa teme quedarse sin descuentos en la factura eléctrica, justo después de dejar en el aire el futuro de sus fábricas

29 ago 2015 . Actualizado a las 17:42 h.

Se repite la historia, apenas 9 meses después. A finales del 2014 la multinacional estadounidense Alcoa puso en la cuerda floja a sus fábricas en A Coruña y Avilés después de que la llamada subasta de interrumpibilidad le saliera rana. Se trata de unos incentivos públicos que se llevan las grandes empresas consumidoras de energía (metalúrgicas, por ejemplo) por tener su red disponible y parar si hay necesidad de ello. Optan a una serie de megavatios interrumpibles (de ahí el nombre) y reciben descuentos según los que finalmente logran en esa subasta. En diciembre, tras una fuerte presión, el Ministerio de Industria convocó una segunda puja y Alcoa logró más megavatios para este 2015. Más bonificaciones. Se salvó entonces aquel escollo, pero se sabía que este año podría volver a pasar.

Y pasará. Ayer Red Eléctrica reveló las condiciones que regularán la nueva subasta, marcadas por el Ministerio de Industria. Y resulta que la oferta cae precisamente en el tramo al que optan empresas como Alcoa. Pasa de 9 bloques de 90 megavatios que hubo en la puja del pasado diciembre a uno menos, 8. Se contemplaba un mínimo de 7 y un máximo de 13, y ha quedado en la franja baja. Y esto es, a juicio de Alcoa, totalmente insuficiente. La compañía, explican fuentes próximas, irá a la subasta para obtener «el mejor resultado posible» pero hay una «profunda preocupación».

El Ministerio de Industria sí pone en subasta más bloques interrumpibles de 5 megavatios (hasta 376 lotes), pero no son los que le interesan a Alcoa, que por los de 9 tendrá que competir con otras grandes empresas de consumo intensivo. En Galicia, por ejemplo, están Megasa (Narón), SGL Carbón (A Coruña) o Ferroatlántica (Cee y Arteixo). La subasta se prolongará durante la próxima semana, y los resultados se sabrán posteriormente. Y también las consecuencias.

La advertencia previa

¿Qué puede pasar con Alcoa? Que de no obtener un buen resultado, se vea abocada a medidas extremas. El año pasado inició los trámites para el cierre de sus plantas en A Coruña y Avilés (la de San Cibrao, en Lugo, estaba al margen). Y este ejercicio esa amenaza late desde hace días. Porque la propia empresa, antes de conocer las condiciones de esta subasta, ya se había puesto la tirita, al advertir de que su situación económica ha empeorado. A pesar de ganar como grupo más de 140 millones de dólares en lo que va de año, su nuevo presidente para España le trasladó esta semana a la plantilla que las pérdidas están siendo mayores de lo esperado. Las causas, explicó, están en la caída del precio de aluminio y en la entrada de producto chino en abundancia, que llega con primas fiscales. Si a esto se suma una subasta negativa... ¿Consecuencias? No se han señalado, pero se temen: cierre o venta.

La plantilla en A Coruña lleva semanas movilizándose, reclamando lo que no tienen: un marco estable, y a largo plazo, para trabajar, sin depender de esas subastas. Ayer, el alcalde, Xulio Ferreiro, de la Marea Atlántica, instó a Xunta y Gobierno a tomar «as medidas necesarias» para garantizar la continuidad de una factoría de la que dependen medio millar de familias.

El servicio de interrumpibilidad tiene un coste anual de 500 millones de euros, que computan como gastos del sistema eléctrico y que, por tanto, pagan los consumidores en su recibo de la luz.