Pemex quiere dos barcos más y abre la puerta a contratarlos en Galicia

Bea Abelairas
B. Abelairas FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

Navantia botó en Ferrol el primero de los floteles encargados hace 576 días

29 ago 2015 . Actualizado a las 08:43 h.

Navantia y la petrolera mexicana Pemex escenificaron su sintonía en la botadura del flotel Orgullo petrolero ayer en Ferrol. Un barco, que además de ser una esperanza para el maltrecho sector naval, significa el regreso a la construcción civil de Navantia, un astillero que llevaba nada menos que tres años sin botar un barco militar (el Adelaide para la armada australiana) y 30 sin uno civil (el último fue el Castillo de la Luz). En este contexto José Manuel Carrera Panizzo, director general de PMI (la filial de Pemex, propietaria de Barreras), anunció a La Voz que Pemex necesita dos barcos más y le gustaría encargarlos al naval gallego: «Tenemos un par de proyectos y el naval gallego está cerca de nuestro corazón, más ahora que tenemos la experiencia de la calidad y del esfuerzo que le ponen los gallegos... Además es que tenemos Barreras».

La calidad del trabajo, los dos meses de adelanto en la entrega y las buenas relaciones con la Xunta son los puntos fuertes que tendría Galicia en la carrera para optar a más trabajo. «Estamos trabajando duro en estos proyectos para hacer más encargos; a Pemex no le gusta especular, lo cierto es que los buques son parte importante de nuestra misión del día a día: la gran parte del petróleo mexicano está en el agua», aseguró Carrera Panizzo, que disculpó la ausencia del presidente de la Xunta en la botadura: «A mi amigo Alberto siempre me gusta tenerlo con nosotros, pero hoy hubo problemas de agenda, aunque estamos en contacto», precisó.

Núñez Feijoo -que en su día apadrinó el acuerdo entre Pemex y Navantia- fue la notable ausencia política, dejando la representación de Xunta en manos del conselleiro de Economía, Francisco Conde. Este aclaró a La Voz que Núñez Feijoo no dejará marchar a la comitiva de Pémex de España sin tener un encuentro con ellos. Poco antes, en los discursos de un acto previo a la botadura, Conde agradecía la apuesta de la petrolera mexicana y presumía de que todos los astilleros gallegos están trabajando en proyectos que suman 1.800 millones de euros. «Hoy -anunció- no es el final del camino».

No fueron pocas las referencias a la diligencia con la que se ha construido Orgullo petrolero, encargado hace 576 días y del que quedan un 35 % de trabajos más relacionados con los sistemas internos de un barco que es un gran hotel flotante con capacidad para 700 trabajadores del sector petrolífero y que cuenta hasta con un pequeño hospital y un helipuerto. El presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, presumió de la alta tecnología de este buque civil y agradeció la implicación a Pemex, a la Xunta y a los trabajadores del astillero y de las auxiliares. «Os animo a que sigáis poniendo lo mejor de vosotros en este proyecto, que será escaparate de vuestro saber hacer», aseguró antes de recordar los otros trabajos para la planta ferrolana, como el BAM para la Armada, el portaviones para Turquía, los proyectos para Iberdrola o Suezmax. Sin embargo, mientras Revuelta pronunciaba estas palabras en el exterior del astillero la plantilla repartía panfletos denunciando la «improvisación» con la que se hizo este flotel.

Los responsables de PMI aseguran que no venderán Barreras ni los dos floteles

José Manuel Carrera Panizzo, el director general de la filial de Pemex PMI, propietaria del 51 % del astillero vigués Barreras, aseguró «de forma rotunda» que no está en sus planes vender el astillero gallego. Y lo relacionó con el buen nivel de los trabajadores del naval de Galicia. Poco después de la botadura de Orgullo petrolero, el responsable que Pemex desplazó a Galicia este último año para supervisar los proyectos, Maximiliano Córdova, precisaba que tampoco está en los planes de la compañía vender los dos floteles, cuyo contrato se firmó en marzo del año pasado: «La información que yo tengo es que los barcos no se venden». En abril, este directivo dijo lo contrario al periódico mexicano La jornada.

Relató que la compañía cuenta con plataformas de acomodación, pero no con un buque monocasco y el fabricado en Ferrol les permitirá evitar traslados de 50 millas de cientos de trabajadores hasta Ciudad del Carmen.

El de Vigo, «Reforma Pemex»

La petrolera tiene esperanzas en el rendimiento que pretende sacar a los dos barcos encargados al naval gallego. Hasta el extremo de que el que se construye en Barreras -y cuya botadura se prevé para dentro de un mes- se llamará Reforma Pemex, en honor a una nueva legislación que amplía las oportunidades de negocio de la compañía en el país americano. «Se trata una nueva norma que permite al sector privado participar en exploración y producción, algo que abre el mercado a más empresas y que podamos ir más allá en la búsqueda de petróleo», precisó Córdova, cuya esposa ejerció de madrina del flotel en un acto plagado de referencias a la armonía entre los trabajadores mexicanos y gallegos.