PSA regula 1.600 empleos en Madrid y vuelve a sembrar dudas sobre su futuro

M. S. D. VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M. MORALEJO

Este anuncio se produce tras la reciente apertura de un plan de bajas voluntarias para 350 trabajadores y después de agrupar las tres fábricas en la península Ibérica

27 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

PSA Peugeot Citroën vuelve a sembrar dudas sobre el futuro de su planta de Madrid, tras anunciar dos nuevos expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) para 1.600 trabajadores, de un total de 2.000, durante 30 días repartidos entre lo que queda de este año y el 2016.

Este anuncio se produce tras la reciente apertura de un plan de bajas voluntarias para 350 trabajadores, y después de que la multinacional francesa decidiera agrupar las tres fábricas que tiene en la península Ibérica (Vigo, Madrid y Mangualde, en Portugal) bajo el mando del actual director de la factoría gallega Yann Martin, con el objetivo de abaratar costes y aprovechar sinergias.

Fuentes sindicales manifestaron ayer la preocupación de la plantilla sobre el futuro de la planta, que produce un único modelo (el C4 Cáctus) a pesar de que el presidente del grupo, Carlos Tavares, desmintió recientemente los rumores sobre el cierre de la factoría.

Los sindicatos madrileños tienen la mosca detrás de la oreja y sospechan que la reagrupación de sinergias y los continuos ajustes sean el primer paso para que el pez grande, es decir, la factoría de Vigo, acabe absorbiendo a la fábrica de Madrid y la producción del Citroën Cactus.

De momento son meras conjeturas. Pero el dato cierto es que Tavares ha puesto unos deberes a Madrid difíciles de cumplir: la dirección de PSA necesita disminuir en unos 200 euros el coste de fabricación de cada vehículo, y que actualmente ronda los 1.500 euros de construcción (el resto son costes de desarrollo, distribución, comerciales, publicidad...)

Pedido extra en Vigo

Mientras en Madrid los trabajadores presionan para que PSA garantice el futuro de la planta con un nuevo modelo, en Vigo la plantilla recibía ayer una buena noticia. La dirección informó de la entrada de un pedido extra de 6.000 vehículos, que obligará a ajustar el calendario laboral programado hasta final de año, y elevará la producción final del 2015 por encima de los 412.000 vehículos. Se calcula que serían unas 5.000 furgonetas y un millar de monovolúmenes.